Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza.
Jeremías 17:7. NTV.
Lectura: Jeremías 17:5-10. Versículo del día: Jeremías 17:7.
MEDITACIÓN DIARIA
Le doy gracias al Señor
por mi cuñada Ma. Elvira. Siempre que hablo con ella me inyecta una sobredosis
de confianza en nuestro buen Señor. Sus palabras ayer eran exactamente lo que
dice el versículo siguiente: “Son como árboles plantados junto a la ribera de
un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el
calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes y
nunca dejan de producir fruto” (v. 8). Tal cual, yo la veo. Ella ha experimentado
desde su inicio como cristiana pruebas duras, pero su fe, es vez de menguar,
crece. ¡Gloria a Dios! En cierto modo yo fui su mentora o mejor, eje espiritual;
es el caso en el que el alumno supera al maestro y esto es más satisfactorio
que cualquier cosa. ¡Gracias Ma. Elvira por todo lo que me has enseñado!
Pero sí; no podemos dejar
que nuestra fe decaiga. Las innumerables promesas que están en la Biblia son
para nosotros; no las olvidemos ni hagamos a un lado. Estas son nuestro pan de
cada día y las que nos harán plantar firmemente, aunque lleguen tiempos de
sequía.
Señor amado: gracias
por permitirme tener a mi lado y aprender de Ti a través de personas como Ma.
Elvira, con una fe inmensa. La veo como ese árbol plantado junto a la ribera de
un río; en vez de temer, no deja de dar fruto para levantar y reconfortar al
caído. Oro por ella mi Señor; por su hogar, sus hijitos, nietos, nueras y
yerno. También oro por toda la familia de su casa materna, para que sigan
viendo en su vida la mujer ejemplar que es, y de esta manera te conozcan y te
acepten en sus vidas como el Salvador que Eres. Gracias, muchas gracias por su
testimonio. ¡Toda la gloria es para Ti!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario