Entonces Jesús volvió a gritar y entregó su espíritu. En ese momento, la cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. La tierra tembló, las rocas se partieron en dos, y las tumbas se abrieron. Los cuerpos de muchos hombres y mujeres justos que habían muerto resucitaron.
Mateo 27:50-52. NTV.
Lectura: Mateo
27:45-56. Versículos del día: Mateo
27:50-52.
MEDITACIÓN DIARIA
Cada vez que leo la
pasión y muerte del Señor Jesús, me pregunto, si yo hubiera estado allí, ¿habría
obrado de la misma manera, o habría sido como alguna de las mujeres que lo
acompañaron? (vs- 55-56). Muy seguramente, nuestra actuación hubiera sido
exactamente, la misma.
El Señor te ama tal como
eres; acéptalo en tu vida. Por ti y por mí murió.
Gracias, bendito
Señor por habernos permitido nacer en la época que nos tocó. Gracias porque
cada vez entiendo más tu amor inagotable por la humanidad. Enséñanos a vivir
para Ti y a darte siempre la gloria que mereces. Sobre Ti recayó todo el peso
de los pecados presentes, pasados y futuros. ¿Cómo negar que Eres el Mesías
prometido al pueblo de Israel? Quizá al ver los acontecimientos de ese día,
muchos entendieron que en verdad Eras el Hijo de Dios, el Salvador. Señor: hoy
te pido porque el hombre caído pueda entender lo que hiciste por él; pueda
encontrarse Contigo cara a cara y su vida cambiar. Gracias porque no somos mejores
que ellos, somos exactamente iguales o peores de pecadores, pero gracias porque
nos amas tal como somos y así nos aceptas. Gracias porque de otro modo no
tendríamos cómo glorificarte y reconocer que has sido Tú el Salvador y transformador
de nuestras vidas. Toda la gloria mi Señor es para Ti. Que toda la tierra te
alabe y ensalce tu Nombre. ¡Gracias, muchas gracias bendito Jesús, Salvador y Señor
Rey nuestro!
Un abrazo y bendiciones.
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