Sin embargo, Cuando Dios nuestro Salvador dio a conocer su bondad y amor, él nos salvó, no por las acciones justas que nosotros habíamos hecho, sino por su misericordia. Nos lavó, quitando nuestros pecados, y nos dio un nuevo nacimiento y vida nueva por medio del Espíritu Santo. Él derramó su Espíritu sobre nosotros en abundancia por medio de Jesucristo nuestro Salvador.
Tito 3:4-6. NTV.
Lectura: Tito 3:1-7. Versículos del día: Tito 3:4-6.
MEDITACIÓN DIARIA
Gracias a Dios, el Señor
a nosotros los creyentes, nos ha enseñado a conocer su bondad y amor. No
creamos que éramos diferentes. Todos hemos pecado; “En otro tiempo nosotros
también éramos necios y desobedientes. Fuimos engañados y nos convertimos en
esclavos de toda clase de pasiones y placeres. Nuestra vida estaba llena de
maldad y envidia, y nos odiábamos unos a otros” (v. 3). Ahora, gracias al nuevo
nacimiento con el Señor Jesucristo, tenemos una vida nueva y gozaremos también de
una eternidad en el cielo. Lo hermoso de todo esto, es que no hicimos nada para
merecerlo, pero su bendita gracia nos cobijó: “Por su gracia él nos hizo justos
a sus ojos y nos dio la seguridad de que vamos a heredar la vida eterna” (v.
7).
Señor Jesús:
gracias porque a través de tu Palabra nos muestras que no somos, ni hemos sido
en ningún momento buenos como para que tengamos de qué ufanarnos. Gracias
porque nos miraste con bondad y amor. Tu misericordia no tiene límites. Por
favor, bendito Señor, continúa en cada uno, la obra que te propusiste cuando
nos llamaste para ser parte de tu reino. Todavía, hay muchas lecciones por aprender.
Gracias, gracias, Señor Rey y Salvador. ¡Te amamos!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario