Hermano, tu amor me ha dado mucha alegría y consuelo, porque muchas veces tu bondad reanimó el corazón del pueblo de Dios.
Filemón 1:7. NTV.
Lectura: Filemón
1:1-25. Versículo del día: Filemón 1:7.
MEDITACIÓN DIARIA
¡Qué Carta tan bonita la
de Pablo a Filemón! Sabiendo de su amor y bondad hacia todos los pertenecientes
al pueblo de Dios, le manda a Onésimo a quien considera su hijo ya que fue
Pablo estando en la cárcel, que le pudo compartir las Buenas Noticias del Evangelio
de Jesús. Onésimo antes era esclavo de Filemón, pero ahora Pablo le pide que lo
trate como si fuera él mismo. Es tanto lo que se interesa por Onésimo que
incluso le dice que, si le debe algo, lo cargue a su cuenta.
Bien claro nos enseña
esta Carta que en el amor del Señor no hay campo para exclusividades ni para
distingos de clases sociales. En el rebaño de nuestro Pastor, todos somos
exactamente iguales: “Así que no importa si son judíos o no lo son, si son
esclavos o libres, o si son hombres o mujeres. Si están unidos a Jesucristo,
todos son iguales” (Gálatas 3:28 TLA).
Amado Señor:
gracias por tus enseñanzas. Gracias porque bien deseas de nosotros un corazón amable,
bondadoso y lleno de amor hacia el prójimo, en especial con nuestros hermanos
de la Iglesia. Permite buen Señor que en cada persona te veamos; que antes de actuar
en contra o con desamor nos preguntemos, si eso te lo haríamos a Ti. Me has ido
puliendo en el amor; yo creía que sabía amar y que me era muy fácil hacerlo,
pero me has permitido vivir situaciones donde tengo que pedirte perdón porque
no he pasado la prueba. Una vez más, me sigues insistiendo en cuanto al amor
que debemos manifestar, si en verdad decimos que te conocemos y amamos. Te
ruego Señor que tu Santo Espíritu nos inunde de su fruto, para que de nuestros
labios y acciones fluya el inmenso amor que nos has regalado y sepamos
compartirlo. Gracias, muchas gracias, bendito Señor y Dios nuestro.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario