—Señor —contestó Simón Pedro—, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios.
Juan 6:68-69. NVI.
Lectura: Juan
6:60-71. Versículos del día: Juan 6:68-69.
MEDITACIÓN DIARIA
En tiempos de crisis, la
gente que no conoce al Señor, nos bombardea con insinuaciones tales como: ‘Cógete
de los ángeles’; ‘Voltea los ojos hacia la Nueva Era’; La Metafísica puede
ayudarte en eso’ y otras cosas más, pero ninguna nos lleva a lo que en verdad creemos
o esperamos. Es por esto que siempre me ha gustado la contestación de Pedro al
Señor: “¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna”. Así es. ¿A quién
más podemos ir que nos garantice la vida eterna? Si un día fuimos sinceros y le
entregamos la vida al Señor Jesús, podrán venir pruebas y dificultades, pero
nuestra fe nos permite reconocer que en Jesús lo tenemos todo, aunque no veamos
nada. El Señor no nos prometió una vida de lecho de rosas, Él dijo muy claro: “Les
he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán
muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo” (Juan
16:33 NTV).
Amado Señor: si no
vamos a Ti, ¿a quién entonces? No, mi Señor no. Solamente Contigo podemos tener
la paz que a diario necesitamos. En el mundo siempre veremos aflicciones. No es
fácil mi Señor. En mi lista de oración, veo que hay tanta necesidad. El cáncer
está haciendo estragos; la economía está de capa caída; la maldad pulula a
diario y el corazón del hombre entenebrecido. Ya está como una roca de lo
endurecido. Sin embargo, mi Señor, solamente Tú puedes traer paz en medio de
las tormentas. Así no se entienda en momentos angustiosos, Tú nos viniste a dar
planes de bienestar no de calamidad. Gracias porque podemos contar Contigo;
gracias porque siempre estás dispuesto a escucharnos; gracias por tu amor
inagotable. ¡Eres el Santo de Dios! ¡Eres el más hermoso de los hombres! ¡Eres
mi Gran Amigo Jesús! ¡Eres mi Dios y Salvador! ¡Solo Tú, tienes palabras de
vida eterna!
Un abrazo y bendiciones.
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