sábado, 22 de abril de 2023

No hay, a quién más ir

 —Señor —contestó Simón Pedro—, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios. 

Juan 6:68-69. NVI.


Lectura: Juan 6:60-71.  Versículos del día: Juan 6:68-69.


MEDITACIÓN DIARIA


En tiempos de crisis, la gente que no conoce al Señor, nos bombardea con insinuaciones tales como: ‘Cógete de los ángeles’; ‘Voltea los ojos hacia la Nueva Era’; La Metafísica puede ayudarte en eso’ y otras cosas más, pero ninguna nos lleva a lo que en verdad creemos o esperamos. Es por esto que siempre me ha gustado la contestación de Pedro al Señor: “¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna”. Así es. ¿A quién más podemos ir que nos garantice la vida eterna? Si un día fuimos sinceros y le entregamos la vida al Señor Jesús, podrán venir pruebas y dificultades, pero nuestra fe nos permite reconocer que en Jesús lo tenemos todo, aunque no veamos nada. El Señor no nos prometió una vida de lecho de rosas, Él dijo muy claro: “Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo” (Juan 16:33 NTV).


Amado Señor: si no vamos a Ti, ¿a quién entonces? No, mi Señor no. Solamente Contigo podemos tener la paz que a diario necesitamos. En el mundo siempre veremos aflicciones. No es fácil mi Señor. En mi lista de oración, veo que hay tanta necesidad. El cáncer está haciendo estragos; la economía está de capa caída; la maldad pulula a diario y el corazón del hombre entenebrecido. Ya está como una roca de lo endurecido. Sin embargo, mi Señor, solamente Tú puedes traer paz en medio de las tormentas. Así no se entienda en momentos angustiosos, Tú nos viniste a dar planes de bienestar no de calamidad. Gracias porque podemos contar Contigo; gracias porque siempre estás dispuesto a escucharnos; gracias por tu amor inagotable. ¡Eres el Santo de Dios! ¡Eres el más hermoso de los hombres! ¡Eres mi Gran Amigo Jesús! ¡Eres mi Dios y Salvador! ¡Solo Tú, tienes palabras de vida eterna!


Un abrazo y bendiciones.

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