También nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia. Y la resistencia desarrolla firmeza de carácter, y el carácter fortalece nuestra esperanza segura de salvación. Y esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor.
Romanos 5:3-5. NTV.
Lectura: Romano 5:1-5. Versículos del día: Romanos 5:2-5.
MEDITACIÓN DIARIA
Definitivamente el Señor
me ha mostrado lo difícil que es estar en pruebas. Yo las he tenido de
diferente índole, pero en lo que toca con mis hijos y nietos, no los viví
antes, pero ahora sí con Samuelito, el bebé de nuestra hijita Sarita. En enero
cuando estuvo tan mal, yo sentí que mis fuerzas no me ayudaban y ahora que tuvo
una recaída, he estado igual. No me da pena decirlo, porque peor sería que les
dijera que eso para mí no es nada porque confío plenamente en el Señor. Mi
confianza en el Señor se debilita en pruebas como esta, mi corazón se derrumba.
El Señor me conoce y yo le he dicho lo débil que soy, Él lo sabe; por eso mentiría
diciéndoles que estoy muy tranquila,
porque el mismo Señor me reprendería por mentirosa. He llorado, sí; y mucho.
También lo sabe y me ha consolado saber que mi Señor igual lloró cuando murió
su amigo Lázaro. Llorar no es un pecado. Es desgarrar el corazón ante el Señor
y confesar nuestra debilidad. Entonces, es ahí cuando nuestro bendito Jesús
empieza a actuar. Además de eso, su Palabra que no miente dice: “Pues sabemos
con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para
llenar nuestro corazón con su amor”. Sé que Dios ama muchísimo a Samuelito y es
el Espíritu Santo quien llena nuestros corazones con su amor y en el perfecto
amor no hay temor, el amor vence el temor (1 Juan 4:18).
En horas de la mañana, le
vuelven a realizar la cirugía de la cabecita a Samuelito. Les pido de todo
corazón que lo tengan en sus oraciones. Muchas gracias. A cabo de saber que es
a las 7:00 am.
MI Señor Jesús: Tú
sabes que te amo y ahora te necesito más que nunca. Gracias por la vida de
Samuelito. Gracias porque Tú permitiste que creciera y se formara en el vientre
de Sarita. Tú lo conoces todo y no se te ha escapado ni el más ínfimo detalle.
Por eso mismo mi Señor, venimos ante Ti a presentártelo; toma su vida mi Señor
y gobierna Tú ese cuerpecito que fue diseñado por Ti. Toma lo que le esté
sobrando y ponle lo que aún no ha madurado completamente o esté defectuoso. Toma
las manos del cirujano y actúa a través de él. Dale a todo el equipo médico el
discernimiento necesario en el procedimiento. Oramos por ellos Señor; por sus
vidas y sus familias. Gracias porque tu amor sobrepasa todas las barreras. Gracias,
muchas gracias mi Señor y Dios Poderoso. ¡Te amamos y te damos la Honra, Gloria
y Honor Ti!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario