Al oír esto, un hombre que estaba sentado a la mesa con Jesús exclamó: ¡Qué bendición será participar de un banquete en el reino de Dios!
Lucas 14:15. NTV.
Lectura: Lucas
14:15-24. Versículo del día: Lucas
14:15.
MEDITACIÓN DIARIA
En los versículos anteriores a la lectura, un fariseo invitó a Jesús a comer a su casa junto con otros fariseos; como Él vio que los invitados trataban de sentarse en los puestos de honor, enseña sobre la humildad y resalta que hay que humillarse para ser exaltado. El hombre del versículo del día exclama: “¡Qué bendición será participar de un banquete en el reino de Dios!”. El Señor aprovecha la ocasión y nos relata la parábola del gran banquete donde los invitados por una u otra razón sacaron sus disculpas y no asistieron. Entonces, el anfitrión le ordena a su sirviente que vaya por las calles e invite a los pobres, inválidos, ciegos y cojos hasta que se llene la mesa, porque ninguno de los invitados primero disfrutará de su banquete.
La enseñanza es clara: al
banquete del reino de Dios están todos invitados; cuando nosotros que somos sus
siervos, compartimos las Buenas Nuevas estamos regando su invitación pero no
todos la aceptan. Apocalipsis 3:20 dice: “Mira que estoy a la puerta y llamo.
Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo”.
Son muchos los que no desean cenar con el Señor. Sin embargo, el Señor sigue
permitiendo que se extienda su mensaje de salvación y alcance a llegar a tanto
necesitado que va sin rumbo por este mundo. Si tú estás interesado en estar en
ese gran banquete, te invito a hacer una pequeña oración:
Señor Jesús: gracias
por amarme tanto e invitarme a tu banquete. Gracia porque moriste en la cruz
por mis pecados. Yo te necesito y te abro la puerta de mi vida para que seas mi
Señor y Salvador. Ocupa el trono de mi vida y hazme la persona que deseas que
yo sea. Gracias por perdonar mis pecados, limpiarme y darme la vida eterna a tu
lado.
Un abrazo y bendiciones.
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