Por lo tanto, no permitan que nadie los condene por lo que comen o beben, o porque no celebran ciertos días santos ni ceremonias por luna nueva ni los días de descanso.
Colosenses 2:16. NTV.
Lectura: Colosenses 2:16-23. Versículo del día: Colosenses 2:16.
MEDITACIÓN DIARIA
Definitivamente cuando no
entendemos la gracia, sí que nos dejamos llevar por reglas humanas que como nos
lo hace ver el apóstol Pablo son sombras engañosas porque lo real y verdadero
es Cristo (vs. 16-17). “No dejen que los condene ninguno de aquellos que
insisten en una religiosa abnegación o en el culto a los ángeles, al afirmar
que han tenido visiones sobre estas cosas. Su mente pecaminosa los ha llenado
de arrogancia y no están unidos a Cristo, la cabeza del cuerpo” (va. 18-19). La
religiosidad no es cristianismo; nos aleja del don de la gracia que recibimos al
aceptar al Señor Jesús en nuestras vidas.
Todas estas prohibiciones
me recuerdan el inicio de mi vida cristiana cuando muchos consideraban que el
tener el cabello corto, usar pantalón o cualquier adorno, no era de una mujer
cristiana. Gracias a Dios, nunca me dejé llevar por esas ideas porque no les
encontraba lógica. Recuerdo en una ocasión haber contestado que, si mi
salvación dependía de mi cabello, me lo dejaría crecer cuadras enteras. Ahora
me afianzo más en mi convicción, al entender lo que explica Pablo aquí en su Carta.
Señor Jesús:
gracias porque para Ti los tiempos no tienen límite y poco a poco me has ido enseñando
el valor inmensurable de tu bendita gracia. El regalo de la salvación ha sido
obra completa Tuya, porque precisamente no es por obras sino por la fe en Ti
que Eres el Hijo de Dios muerto por mis pecados y resucitado para juntamente
Contigo darme una vida eterna. Gracias, muchas gracias buen Señor por tanto
amor derramado en esa cruz para rescatarme de las garras del pecado y de la
religiosidad humana. ¡Te amo mi Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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