Bendito sea el Señor, nuestro Dios y Salvador, que día tras día sobrelleva nuestras cargas.
Salmo 68:19. NVI.
Lectura: Salmo 68:1-20. Versículo del día: Salmo 68:19.
MEDITACIÓN DIARIA
Día tras día, así es. Hay que aprender a descansar en
el Señor. Aquí nos dice que sobrelleva nuestras cargas y Jesús de Nazaret por
eso nos invitó a ir hacia Él. Muy claro afirmó: “Vengan a mí todos los que
están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Pónganse mi
yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y
encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga
que les doy es liviana” (Mateo 11:28-30 NTV).
No hay la menor duda que con el Señor todas las cosas
son más fáciles. Lo oscuro se hace claro y lo borrascoso se torna en apacible
calma. Esa es la maravilla de la vida cristiana: aprendemos a vivir pegados del
Salvador porque tenemos la certeza que es quien hace todo el trabajo por
nosotros. Y cuando descansamos en sus brazos, el mundo puede estar al revés,
pero degustamos de su amor incomparable que nos lleva a transitar con la
confianza igual a la de un niño que se lanza a los brazos de papá sabiendo que
no lo dejará caer ni golpear.
Este es Jesús el Salvador. Quizá estás agobiado,
confundido, maltratado, equivocado e inseguro. Hoy Jesús te dice: ‘ven a mis
brazos’. De ti únicamente depende si lo tomas o lo dejas.
Amado Jesús: Vengo a Ti cargado, agobiado y cansado
del camino para entregarte todo este peso que me está consumiendo poco a poco. Quiero
aprender de Ti porque Tu yugo es fácil y quiero tomarlo con la confianza y
esperanza de seguir viviendo. Gracias bendito Jesús por darme el sosiego que
necesito para llevar mi carga. ¡Te alabo y te adoro!
Un abrazo y bendiciones.
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