El Señor te bendiga y te guarde; el Señor te mire con agrado y te extienda su amor; el Señor te muestre su favor y te conceda la paz.
Números 6:24-26. NVI.
Lectura: Números 6:22-27. Versículos del día: Números 6:24-26.
MEDITACIÓN DIARIA
Después de todo los rituales concernientes con el
tabernáculo y de las leyes dictadas a los israelitas, el Señor le ordenó a
Moisés que le dijera a Aarón y a sus hijos, que impartiera la bendición a todo
el pueblo de Israel con estas palabras: “El Señor te bendiga y te guarde; el
Señor te mire con agrado y te extienda su amor; el Señor te muestre su favor y
te conceda la paz”. Esta bendición es la más común y tiene un significado
inmenso ya que son palabras del mismo Dios transmitidas a Aarón y a sus hijos y
que luego las darían sucesivamente a los levitas que ejercieran como
sacerdotes.
¡Qué hermoso! El mismo Dios bendiciendo; el mismo Dios
brotando todo su amor y misericordia hacia los suyos. Y es que ahora podemos
ser parte de su pueblo y recibimos su bendición a plenitud: “Alabado sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones
celestiales con toda bendición espiritual en Cristo” (Efesios 1:3), como raíces injertadas dentro del árbol de
Abraham porque nuestro buen Jesús: “llegó a ser autor de salvación eterna para
todos los que le obedecen y Dios lo nombró sumo sacerdote según el orden de
Melquisedec” (Hebreos 5:9-10). Nuestro Gran Sacerdote, el Cordero inmolado es
el que nos bendice continuamente. Mi corazón se conmueve al entender tanto amor
derramado sobre mí. Alabemos al Señor y démosle gracias por sus palabras de
bendición.
Amado Señor: estamos agradecidos Contigo por
bendecirnos continuamente y desear para nosotros tu misericordia, protección,
amor y paz. ¡Eres el Único e Inigualable Dios
y a Ti damos todo loor, gloria y honra por los siglos de los siglos!
Un abrazo y bendiciones.
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