jueves, 30 de agosto de 2018

Sin temor alguno por tu perfecto amor

Se me ha ordenado bendecir y, si eso es lo que Dios quiere, yo no puedo hacer otra cosa.  
Números 23:20. NVI.

Lectura: Números 23:1-26. Versículo del día: Números 23:20.

MEDITACIÓN DIARIA

Balac era rey de Moab y temiendo al pueblo de Israel mandó llamar a Balán que parece ser, era un adivino para que maldijera a Israel. Balán pronunció varios oráculos, pero siempre ceñido a lo que Dios le estaba indicando y en el segundo habiendo recibido el reproche de Balac por no haberlos maldecido, en su oración le responde a su actuación: Si Dios lo mandó a bendecir, tenía que obedecer y bendecir.
Todo esto nos indica que una cosa puede ser lo que el enemigo quiera que nos suceda y otra muy especial la que Dios hace por nosotros: “¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?” (Romanos 8:31 NVI). Además, dice en otra parte la Escritura: “la maldición sin motivo jamás llega a su destino” (Proverbios 26:2 NVI). Dos puntos claros para no temerle a la maldición: sin motivo alguno y con el respaldo de Dios no hay quien pueda hacernos daño. Hay que entender que la maldición es mal decir, hablar mal de otra persona sin necesidad de decir: ‘te maldigo’. Tengamos presente que Dios vela por sus hijos y que estamos escondidos en Cristo Jesús y esa es nuestra confianza.

Amado Dios: muchas gracias por hacernos entender cuánto significamos para Ti que sales a defendernos de las garras del enemigo que quiere destruirnos a costa de lo que sea. Gracias Señor porque como miembro ahora de tu pueblo, tu Iglesia, estamos amparados bajo tu gracia divina y podemos andar seguros sin temor alguno por tu perfecto amor. ¡Aleluya!

Un abrazo y bendiciones.                            

No hay comentarios: