Seis años sembrarás tus campos y recogerás tus cosechas, pero el séptimo año no cultivarás la tierra. Déjala descansar, para que la gente pobre del pueblo obtenga de ella su alimento, y para que los animales del campo se coman lo que la gente deje. Haz lo mismo con tus viñas y con tus olivares.
Éxodo 23:10-11. NVI.
Lectura: Éxodo 23:10-13. Versículos del día: Éxodo 23:10-11.
MEDITACIÓN DIARIA
Sé muy claro que ahora no vivimos por ley sino por
gracia. Sin embargo, personalmente considero que hay leyes que fueron dadas a
los israelitas que me parecen importantes si las acatamos también porque
redundan en bendición y esta es una de esas. Igual me gusta bastante la de
darle al Señor las primicias. Siempre he pensado que lo primero debe ser para
Él.
Volviendo al versículo del día, he sabido de muchos
agricultores que practican esta regla y les da muy buenos resultados. Ellos
saben muy bien que si no se deja descansar la tierra, la producción va a dar
malos resultados. Pero conociendo todo lo que implica, son muy pocos los que
someten su tierra a un año sabático por aquello del afán a la riqueza.
Actualmente a este descanso se le denomina ‘barbecho’ y aunque se da cada dos o
tres años en los que la practican, se ha encontrado que al hacerlo la
producción sube. Lo importante del asunto es reconocer que si Dios lo dijo es
porque así es. Más adelante en Levítico el Señor vuelve a recalcar lo mismo: “Cuando
ustedes hayan entrado en la tierra que les voy a dar, la tierra misma deberá
observar un año de reposo en honor al Señor”. (Levítico 25:2). Esto también lo
ordenó el Señor con el propósito de ayudar a la gente pobre para que tuviera
como proveerse de alimento y a la vez los animales comieran de lo dejado. Aquí
nos damos cuenta que a Dios le interesa la naturaleza y que está pendiente no
solamente de las personas sino de toda su creación. Todo lo mandado por Dios
tiene su razón de ser y Él infinitamente sabio, desea conducirnos por el mejor
camino. De cada uno depende si lo toma o lo deja.
Amado Señor: Gracias por enseñarnos a amar la
naturaleza y a entender que también la tierra se cansa y hay que dejarla
reposar. Muéstranos con tu Santo Espíritu en cuáles otras áreas de nuestra
vida, aparte de la física debemos también guardar un descanso que redunde en
nuestro bien o en el de nuestra familia. Gracias bendito Señor.
Un abrazo y bendiciones.
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