lunes, 16 de abril de 2018

Tu Nombre brotará por siempre


El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias. 
Salmo 28:7
Lectura: Salmo 28:1-9.  Versículo del día: Salmo 28:7.

MEDITACIÓN DIARIA

¡Cómo no saltar de alegría y darle gracias a nuestro buen Señor! Quizá te pase como a mí al hacer una retrospectiva de tu vida: son tantos los favores recibidos y tanta ha sido su misericordia que jamás me cansaré de testificarlo. El Señor ha sido mi fuerza y escudo en tiempos de inquietud como en la escasez, en la enfermedad, en la soledad, en los bajones espirituales, en la crítica y derrota. Pero siempre su mano bondadosa, ha estado ahí para levantarme. ¡Gloria a Dios!
La Palabra de Dios que es la Biblia es muy clara al respecto. Pueda que consideres tu vida un lecho de rosas, pero aun así te digo: todos hemos pecado y estamos separados de Dios (Romanos 3:23); si Dios ha sido muy benévolo contigo, con mayor razón lo necesitas para entregarle tu vida. Es entonces el momento de reconocer su sacrificio en la cruz por ti y saber que te liberó de las garras del infierno y del pecado (Romanos 10:9-11). Si lo haces, esto ya es motivo suficiente para estar alegre y agradecido con el Dios misericordioso que tenemos.

Sí, amado Señor: el saber y entender todo lo que pasaste en la cruz del Calvario, no deja de ser motivo de agradecimiento hacia Ti y a la vez de regocijo por la esperanza de una vida eterna gozando de tu presencia en el cielo. Señor, son tantas las veces que has volteado tus ojos amorosos y misericordiosos hacia mí, que me es difícil ocultar tu grandeza ante un mundo despiadado, violento y fraudulento. ¡Tu Nombre brotará por siempre! ¡Bendito eres Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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