Mateo 12:50.
NVI.
Lectura: Mateo 12:46-50. Versículo del día: Mateo 12:50.
MEDITACIÓN DIARIA
En una ocasión estaba el Señor enseñando a la multitud
cuando se aparecieron su madre y hermanos quienes querían hablar con Él. Jesús
fue avisado, pero no le dio importancia y dijo estas palabras que significan mucho:
“Pues mi hermano, mi hermana y mi madre son los que hacen la voluntad de mi
Padre que está en el cielo”. El Señor nos mostró claramente que tanto ellos
como su madre María, si se consideraban su familia tenían antes que nada
someterse a la voluntad del Padre. No podemos desconocer el papel que jugó la
bendita María desde el mismo momento de la Anunciación y concepción de su hijo
Jesús pasando por su infancia y adolescencia hasta llegar al Calvario donde
también lo acompañó. Igual debió suceder con Jacobo (Santiago) y Judas sus hermanos.
En resumen, lo que deseo resaltar es que, para Dios,
solamente bastó el sacrificio de su Hijo Jesucristo quien es el único Salvador
de la humanidad. Todos los demás que lo acompañaron en su paso terrenal si en
verdad se consideraban sus hermanos tuvieron primero que todo aceptar que Jesús
era el Mesías prometido. Así nosotros, de igual manera solamente nos resta admitir
esta verdad para ser salvos y considerarnos entonces, entre los hermanos del
Señor, siempre y cuando cumplamos con la voluntad de Dios Padre.
Amado Dios Padre; Te damos gracias por habernos
mandado a tu único Hijo para ser el puente que nos llevara hacia Ti. Gracias
Señor Jesucristo por venir a morir por nuestros pecados, salvarnos y darnos el
derecho a una vida eterna a tu lado, haciéndonos partícipes de la familia Celestial.
Gracias a Ti precioso Espíritu quien has sido el propagador en nuestros corazones
de tan grande y sublime regalo. ¡Te bendecimos Dios Trino por tu infinito amor
y bondad para con todos los de tu pueblo!
Un abrazo y bendiciones.
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