Pero yo, Señor, en ti confío, y digo: Tú eres mi Dios. Mi vida entera está en tus manos.
Salmo 31: 14-15.
Lectura: Salmo 31:1-24. Versículos del día: Salmo 31:14-15.
MEDITACIÓN DIARIA
¿Cuál es tu Dios? ¿En quién pones tu confianza? Suelen
suceder situaciones en las que no siempre los causantes son humanos como una
dolencia que puede ser dada por ataques del enemigo. También puede ser que la
congoja vaya de la mano con escenarios de envidias, contiendas y murmuraciones
que el adversario pone en otros para amargarnos el rato. En estas
circunstancias nos queda cogernos de nuestro buen Dios o por el contrario, buscar
en un lado y otro revoloteando a ver en dónde nos dan con el chiste.
Cuando esto sucede, hay que orar pidiéndole al
Espíritu Santo discernimiento y dejando en sus manos nuestras vidas para que
sea Él regenerando nuestros cuerpos y devolviéndonos sanidad completa: física,
emocional y espiritual. Hay que saber
diferenciar entre una dolencia física y una dolencia del corazón. De ahí que se
dice que hay enfermedades psicosomáticas y es verdad. Momentos especiales éstos,
para definir y afianzar nuestra fe. Que puedas decir con absoluta certeza: “Tú
eres mi Dios, en Ti confío y mi vida entera está en tus manos”.
Amado Dios, te rogamos que pongas en nuestro corazón
una fe así sea como de un grano de mostaza para tener la convicción que nos dirigirás
con tu Santo Espíritu a encontrar la solución a toda dolencia del alma o del
cuerpo. ¡Te agradecemos bendito Señor tu intervención y tu bondad! ¡Bendito eres
por siempre! ¡Tú eres el Dios que nos rescatas y sanas nuestras almas!
Un abrazo y bendiciones.
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