José hizo que prepararan su carruaje, y salió a Gosén para recibir a su padre Israel. Cuando se encontraron, José se fundió con su padre en un abrazo, y durante un largo rato lloró sobre su hombro.
Génesis 46:29. NVI.
Lectura: Génesis 46:26-34. Versículo del día: Génesis 46:29.
MEDITACIÓN DIARIA
Muy emocionante el reencuentro de José con su padre.
Dios el Hacedor de la vida había movido las fichas para que la de José tomara
otro rumbo. Después de abrazarse y llorar, Jacob su padre exclamó: “¡Ya me
puedo morir! ¡Te he visto y aún estás con vida!” (v. 30).
Una vez más vemos que lo dicho por Dios se cumplió.
Desde Abraham la promesa de ser padre de muchedumbres estaba en pie. Luego con
Isaac, el hijo de Abraham y padre de Jacob igual. Ahora cuando por el hambre de
Canaán van a parar a Egipto, Dios sigue actuando. El Señor se la ratificó a
Jacob en el camino hacia esa nación: “Israel emprendió el viaje con todas sus
pertenencias. Al llegar a Berseba, ofreció sacrificios al Dios de su padre
Isaac. Esa noche Dios le habló a Israel en una visión: ―¡Jacob! ¡Jacob! ―Aquí
estoy —respondió. ―Yo soy Dios, el Dios de tu padre —le dijo—. No tengas temor
de ir a Egipto, porque allí haré de ti una gran nación. Yo te acompañaré a
Egipto, y yo mismo haré que vuelvas. Además, cuando mueras, será José quien te
cierre los ojos” (vv. 1-4). Aparte de la confirmación de la promesa le dio otro
regalo: José su amado hijo, sería el encargado de cerrarle los ojos al momento
de su partida. ¡La fidelidad de Dios es incomparable!
Se pueden dar muchísimas vueltas al rodeo, pero Dios
siempre estará ahí pendiente de nosotros. Cuando el dice una cosa, la cumple
porque es un Dios veraz. Así que no temas si en tu vida has tenido que pasar
por diferentes atajos; el Señor permitirá que llegues al sitio en el que te
dará sosiego y paz porque allí, es donde Él te manifestará lo prometido.
Amado Dios: Gracias porque nos haces entender
claramente lo que es tu fidelidad. Gracias porque eres el Conductor de nuestras
vidas y cada paso que damos, aunque no nos demos cuenta lleva las huellas tuyas
quien nos dirige. Gracias porque eres el Dios Majestuoso y veraz en quien podemos
confiar plenamente. Sabemos que lo que nos tienes son planes de bienestar y hacia
esa senda nos conducirás. ¡Grande Señor, grande es tu fidelidad! ¡Te amamos
buen Dios!
Un abrazo y bendiciones.
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