miércoles, 25 de enero de 2017

Mañana, tarde y noche a tu lado

¡Cuán bueno, Señor, es darte gracias y entonar, oh Altísimo, salmos a tu nombre; proclamar tu gran amor por la mañana, y tu fidelidad por la noche! 
Salmo 92:1-2.

Lectura: Salmo 92:1-15.  Versículo del día: Salmo 92:1-2.

MEDITACIÓN DIARIA

Empezar el día con acción de gracias al Señor por el descanso que nos ha dado y la oportunidad de tener un nuevo amanecer donde podemos ver la luz del sol, sentir su calor, escuchar el canto de las aves y respirar el aire para oxigenarnos es bueno, saludable y reconfortante  para nuestro espíritu. Esto es anunciar su amor en las mañanas, diciéndole cuán felices estamos de poder vivir un día más. A lo largo de ese día podemos alabarlo por sus grandes maravillas (vv. 4-5), bien sea porque hay un sol esplendoroso o una lluvia torrencial, porque ahí también está su mano bondadosa. Y qué no diremos si tenemos la oportunidad de ir al campo, observar sus montañas, ríos o llanuras; o ir a la playa y regocijarnos con sus olas, gaviotas, cangrejos y garcitas. Es que si detallamos cada paso que damos, vamos a encontrar motivos suficientes para alabarle y adorarle como lo merece.
Ya al terminar antes de acostarnos, repasar cada uno de los acontecimientos vividos, y reencontrarnos nuevamente con nuestro Dios proclamando su fidelidad en todo momento. Fidelidad que cubre con su amor, protección y enseñanza; además de la experiencia que nos ha quedado del día que pasó.

Sí buen Dios: Es tan maravilloso estar vivos y despiertos porque es la oportunidad que tenemos para exaltarte y reconocer que eres Majestuoso y Soberano. Muchas gracias por la vida que nos das. Alabamos y bendecimos tu Nombre porque te tenemos a Ti que eres un Dios Justo, Santo y Poderoso  y porque nos has hecho partícipes de esta creación tuya teniendo cuidado de nosotros tanto en el día como en la noche.

Un abrazo y bendiciones.

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