martes, 24 de enero de 2017

Pruebas y dificultades

¿Qué es el hombre, que le das tanta importancia, que tanta atención le concedes, que cada mañana lo examinas y a toda hora lo pones a prueba? Job 7:17-18

Lectura: Job 7:17-21.  Versículos del día: Job 7:17-18.

MEDITACIÓN DIARIA

A Job, el hombre que vivía plenamente con su familia y sus riquezas, le da un giro total su vida y lo pierde todo. Y considero que a veces las personas resisten más sus pérdidas materiales a las de su salud. Job fue probado con una enfermedad repugnante y en medio de su desolación le pregunta a Dios ¿por qué le da tanta importancia al hombre, que lo vive examinando y poniéndolo a prueba?
Al ver tanta calamidad en Job, viene a mi memoria la infinidad de veces que hemos perdido la paciencia, la paz y hasta la armonía en el hogar por situaciones muchísimo inferiores a las que tuvo que afrontar este hombre. Cuántas veces nos airamos porque las cosas no nos salen como las habíamos previsto; porque tal persona no llegó a tiempo a la cita; porque hay trancón y vamos a llegar tarde al trabajo o al estudio; porque la comida no quedó como la esperaba y así sucesivamente. Lo triste es que en la mayoría de casos afectamos a los que nos rodean con nuestro inconformismo y malos genios. Si analizamos con cabeza fría las situaciones no son nada en comparación a las de Job. Por otro lado, si hacemos un cuadro de lo bueno y lo malo que nos sucede, estoy segura que ganará lo bueno. Es que estamos tan acostumbrados a lo bueno, que ni siquiera lo detectamos. Por ejemplo: la vida, la comida, el vestido, el hogar, etc., etc., no los valoramos porque los tenemos como parte habitual y son grandes beneficios que Dios nos ha otorgado. Pero nos preocupamos muchas veces porque esa comida no fue de mi agrado o porque no me alcanzó el tiempo para salir a dar una vuelta caminando, cuando en otro lado del mundo tienen que esconderse para que no lleguen a matarlos o porque simplemente no tienen qué comer.
Reflexionemos sobre tantas pequeñas cosas que nos roban la paz y no nos dejemos llevar por insignificancias que nos atormentan y van en contra de la sana convivencia. Y si nos llegan pruebas difíciles aferrémonos fuertemente al Señor como lo hizo Job y demos gracias por ellas. En alguna parte leí que las pruebas son inexplicables, que si tuvieran explicación dejarían de ser pruebas y así creo que es.

Amado Dios: Gracias porque cuando las pruebas de verdad llegan, es porque has puesto tu mirada en nosotros y somos preciosos para Ti. Te rogamos Señor que nos enseñes a no ponerle tanto color a las dificultades pasajeras sino más bien enfrentarlas con carácter bondadoso para que cuando vengan las fuertes ya tengamos experiencia y sean más fáciles de soportar. Gracias porque todo lo que nos pasa no es casual sino instrucción tuya.

Un abrazo y bendiciones. 

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