¿Qué es el hombre, que le das tanta importancia, que tanta atención le concedes, que cada mañana lo examinas y a toda hora lo pones a prueba? Job 7:17-18
Lectura: Job
7:17-21. Versículos del día: Job
7:17-18.
MEDITACIÓN DIARIA
A Job, el hombre que
vivía plenamente con su familia y sus riquezas, le da un giro total su vida y
lo pierde todo. Y considero que a veces las personas resisten más sus pérdidas
materiales a las de su salud. Job fue probado con una enfermedad repugnante y
en medio de su desolación le pregunta a Dios ¿por qué le da tanta importancia
al hombre, que lo vive examinando y poniéndolo a prueba?
Al ver tanta calamidad
en Job, viene a mi memoria la infinidad de veces que hemos perdido la
paciencia, la paz y hasta la armonía en el hogar por situaciones muchísimo
inferiores a las que tuvo que afrontar este hombre. Cuántas veces nos airamos
porque las cosas no nos salen como las habíamos previsto; porque tal persona no
llegó a tiempo a la cita; porque hay trancón y vamos a llegar tarde al trabajo
o al estudio; porque la comida no quedó como la esperaba y así sucesivamente. Lo
triste es que en la mayoría de casos afectamos a los que nos rodean con nuestro
inconformismo y malos genios. Si analizamos con cabeza fría las situaciones no
son nada en comparación a las de Job. Por otro lado, si hacemos un cuadro de lo
bueno y lo malo que nos sucede, estoy segura que ganará lo bueno. Es que
estamos tan acostumbrados a lo bueno, que ni siquiera lo detectamos. Por
ejemplo: la vida, la comida, el vestido, el hogar, etc., etc., no los valoramos
porque los tenemos como parte habitual y son grandes beneficios que Dios nos ha
otorgado. Pero nos preocupamos muchas veces porque esa comida no fue de mi
agrado o porque no me alcanzó el tiempo para salir a dar una vuelta caminando,
cuando en otro lado del mundo tienen que esconderse para que no lleguen a
matarlos o porque simplemente no tienen qué comer.
Reflexionemos sobre
tantas pequeñas cosas que nos roban la paz y no nos dejemos llevar por
insignificancias que nos atormentan y van en contra de la sana convivencia. Y
si nos llegan pruebas difíciles aferrémonos fuertemente al Señor como lo hizo
Job y demos gracias por ellas. En alguna parte leí que las pruebas son
inexplicables, que si tuvieran explicación dejarían de ser pruebas y así creo
que es.
Amado Dios: Gracias
porque cuando las pruebas de verdad llegan, es porque has puesto tu mirada en
nosotros y somos preciosos para Ti. Te rogamos Señor que nos enseñes a no
ponerle tanto color a las dificultades pasajeras sino más bien enfrentarlas con
carácter bondadoso para que cuando vengan las fuertes ya tengamos experiencia y
sean más fáciles de soportar. Gracias porque todo lo que nos pasa no es casual
sino instrucción tuya.
Un abrazo y
bendiciones.
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