Aunque sé muy bien que esto es cierto, ¿cómo puede un mortal justificarse ante Dios?
Job 9:2.
Lectura: Job
9:1-35. Versículo del día: Job 9:2.
MEDITACIÓN DIARIA
Fuimos creados por Dios
y Él es Soberano, Señor y Amo. Job entendió muy bien su posición y aun sabiendo
todo el sufrimiento por el que estaba pasando, no se atrevía a contender con
Él. “Si uno quisiera disputar con él, de mil cosas no podría responderle una
sola” (v. 3), reconoce. Es de admirar su respeto y sometimiento a Dios. Esto es
una buena lección para aprender, puesto que estamos acostumbrados a demandarle
todo lo que necesitamos, deseamos y esperamos, en vez de rendirle pleitesía,
honor y adoración como se merece. Creo que el Señor es tan bondadoso que nosotros
abusamos de su amor, fidelidad y misericordia.
Aprendamos a poner en
práctica el ejemplo de Job. A pesar de su dolor y aflicción, nunca denegó de su
Creador. Ante las acusaciones de sus amigos con mucha sabiduría y rendición les
aclara afirmando: “Aunque sé muy bien que esto es cierto, ¿cómo puede un mortal
justificarse ante Dios?”; ¿Cómo entonces podré yo responderle? ¿Dónde hallar
palabras para contradecirle? Aunque fuera yo inocente, no puedo defenderme; de
mi juez solo puedo pedir misericordia” (vv. 2 y 14-15).
Así es: de mi juez solo
puedo pedir misericordia. Tengo que ser sincera al decir que el libro de la
Biblia que menos me gustaba para leer era el de Job. Ahora que dispuse mi
corazón no solamente para leerlo pausadamente sino con el ánimo de dejarme
guiar por el Espíritu Santo para meditar sobre cada lectura, he comprendido
verdades como ésta que me estremecen reconociendo el amor sobrenatural de Dios.
Un amor ágape donde el bien que me ofrece es de perdón y reconciliación. Como
ser humano no merezco tanto. ¡Bendita misericordia la de mi Padre hacia mí!
Amado Padre Celestial:
Te doy muchas gracias por tu Palabra que cada vez me permite entender mejor lo
que es en realidad la gracia. Te ruego que a cada persona que lee este
devocional también le convenzas y afirmes su fe, haciéndole comprender la
magnitud de lo que significa el amor tuyo desbordado en misericordia y perdón
sin merecerlo. ¡Eres Inigualable buen Dios!
Un abrazo y
bendiciones.
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