Mientras consideraba esa posibilidad, un ángel del Señor se le apareció en un sueño. José, hijo de David—le dijo el ángel—, no tengas miedo de recibir a María por esposa, porque el niño que lleva dentro de ella fue concebido por el Espíritu Santo.
Mateo 1:20 NTV.
Lectura: Mateo
1:18-25. Versículo del día: Mateo 1:20.
MEDITACIÓN DIARIA
José estaba comprometido
con María y decidió romper el compromiso en privado para no avergonzarla. El
ángel del Señor se le aparece y lo anima a seguir con María. En general siempre
hablamos de María en este acontecimiento, pero poco decimos de José. Hoy nos
vamos a poner en los zapatos de este humilde hombre y entender que no debió ser
fácil su posición cuando supo del anuncio del ángel a María. Como el bebé por
nacer no era hijo de él, pensó no casarse con ella. Él sabía que si la delataba
podría incluso morir María lapidada como era la costumbre en ese tiempo; por eso
quiso ser prudente con su decisión. El ángel se le aparece en un sueño y no
solamente le dijo que no temiera casarse con María; también le dio una misión
para cumplir como padre adoptivo del Niño por nacer y el nombre que le pondría.
José obedeció al ángel y se casó con María. Nació Jesús y lo nombró Emmanuel,
tal como lo mandado por el ángel.
Señor Jesús: te
damos gracias porque en José vemos a un hombre justo, sencillo y de corazón humilde.
Un hombre obediente a Ti que en ningún momento dudó lo dicho por el ángel y supo
manejar la situación con prudencia y mansedumbre. Te doy gracias por los
hombres de nuestra familia para que ellos igual, aprendan de José a ser
verdaderos forjadores de la fe, aceptando las instrucciones que Tú das a los esposos
para consolidar hogares donde reinen el amor, la paz, la concordia y la alegría,
fruto de una vida llena del Espíritu Santo.
Un abrazo y bendiciones.
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