También José, que era descendiente del rey David, subió de Nazaret, ciudad de Galilea, a Judea. Fue a Belén, la Ciudad de David, para inscribirse junto con María su esposa.
Lucas 2:4-5. NVI.
Lectura: Lucas
2:1-5. Versículos del día: Lucas 2:4-5.
MEDITACIÓN DIARIA
Dios movió sus fichas
claves para que se diera la profecía de Miqueas: “Pero tú, Belén Efrata, aunque
eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser
gobernante en Israel. Y sus orígenes son desde tiempos antiguos, desde los días
de la eternidad” (Miqueas 5:2, Mateo 2:6 NBLA). Así fue; en esos días Augusto
César, Emperador de Roma decretó un censo en todo el imperio romano. De esta
manera, cada cual iba a inscribirse a su pueblo natal y por consiguiente José
que era de la tribu de Judá, le correspondía Belén de Efrata. Allí en Belén
nacería nuestro Salvador y Redentor.
Dios, siempre cumple lo
que dice; por eso debemos creerle y no fallar al dudar sobre lo prometido.
Mi Señor: ¡Cuántas
veces has movido mi historia para cumplir lo prometido! Pero yo ciega, no he
logrado entender tus designios. Te ruego me inundes de tu Santo Espíritu para
que sepa discernir los tiempos cada vez que mueves mis planes para colocar los
tuyos en el cuadro perfecto. Gracias porque Eres Tú quien guías mis pasos. Sin
tu ayuda Señor estaría perdida. Gracias porque sabes exactamente por donde
dirigirme, aunque muchas veces me siento confundida, para luego entender lo que
me tienes. Gracias bendito Dios porque siempre son de bienestar y nunca de
calamidad; y si hay algún tropiezo es para aprender que todo lo Tuyo me ayuda a
bien. ¡Te amo Señor! ¡Fuerza mía! ¡Mi Dios en quien confiaré!
Un abrazo y bendiciones.
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