Yo amo al Señor porque él escucha mi voz suplicante. Por cuanto él inclina a mí su oído, lo invocaré toda mi vida.
Salmo 116:1-2. NVI.
Lectura: Salmo 116:1-19. Versículos del día: Salmo 116:1-2.
MEDITACIÓN DIARIA
Este Salmo siempre me recuerda lo que el Señor no
solamente hizo, sino lo que sigue haciendo en mi vida. Es tan bondadoso y compasivo
que jamás me deja abandonada: “El Señor es compasivo y justo; nuestro Dios es
todo ternura…, estaba yo muy débil, y él me salvó” (vv. 5-6). A pesar de haber
pasado por el cáncer de seno y la pancreatitis que me tuvo al borde de la muerte
también, en estos últimos días me dio una gastroenteritis viral y fue terrible
para mí. De verdad, me sentía sin fuerzas y pensé: ‘Señor, me vas a llevar’. No
creo ser débil; siempre he creído que soy fuerte, pero con esto último me sentí
terriblemente débil. Tal puedo decir igual al Salmista: “Tú, Señor, me has
librado de la muerte, has enjugado mis lágrimas” (v. 8). Así fue. Cuando caí en
cuenta que estaba en las manos del Señor, empecé a sentir recuperación. No fue
de la noche a la mañana; no. Ha sido un proceso, pero he aprendido que mi vida
solamente depende de quien es mi Dueño. Seguro que no es el médico, ni los
remedios, ni los cuidados. Solamente es la mano de mi Dios misericordioso sustentándome
y renovando mis fuerzas; no a mi manera, sino a la suya.
“¿Cómo puedo pagarle al Señor por tanta bondad que me
ha mostrado? ¡Tan solo brindando con la copa de salvación e invocando el nombre
del Señor!” (vv. 12-13). Para mí, esto
es como decirle a mi Señor: ‘seguiré con mis devocionales y en cada oportunidad
que tenga diré lo que has hecho en mi vida para que tu Nombre sea exaltado’. “Te
ofreceré un sacrificio de gratitud e invocaré, Señor, tu nombre. Cumpliré mis
votos al Señor en presencia de todo su pueblo” (vv. 17-18).
Mi buen Amado Señor: ¿Cómo no darte gracias día tras día,
si veo tu bondad palpable conmigo? Mi Dios, si simplemente es decirte que Eres
el Dador de mi vida para que Tú voltees tus ojos amorosamente y me hagas
entender que estás pendiente de mí y que soy importante para Ti. ¡Gracias,
muchas gracias buen Señor! ¡Eres mi YAHWEB RAPHA, mi Dios Sanador!
Un abrazo y bendiciones.
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