martes, 12 de febrero de 2019

¡La gloria es para Ti!


La gloria, Señor, no es para nosotros; no es para nosotros, sino para tu nombre, por causa de tu amor y tu verdad. 
Salmo 115:1. NVI.

Lectura: Salmo 115:1-18.  Versículo del día: Salmo 115:1.

MEDITACIÓN DIARIA

Sí; el Señor es tan misericordioso y fiel que ni siquiera alcanzamos a imaginar hasta dónde llega. Para la Gloria del Señor, quiero compartirles que habíamos estado orando por una prima de mi nuera quien de un momento a otro resultó muy enferma y el primer diagnóstico fue que tenía múltiples tumores en su organismo. Al final los médicos dijeron que solamente estaban comprometidos los ovarios y ayer precisamente le practicaron una cirugía donde le iban a extraer dicho tumor existiendo la probabilidad de un 1% benigno sobre 99% maligno. Siendo ella una mujer joven, con dos niños y un futuro promisorio fue duro para toda su familia este diagnóstico. Estábamos orando y clamando al Señor por esa vida y por un milagro para ella. Bien sabíamos que Dios es Soberano y como dice el versículo 3: “Nuestro Dios está en los cielos y puede hacer lo que le parezca”. Sí puede hacer lo que le parezca, pero su infinita misericordia jamás se acaba. Los médicos dijeron ‘No’, pero Dios dijo: ‘Sí’; el tumor resultó benigno. ¡Gloria a nuestro Dios!
“Los que temen al Señor, confíen en él; él es su ayuda y su escudo” (v. 11). El Señor es siempre nuestra ayuda y escudo, hay que confiar en Él. Por eso no nos cansaremos de repicar y darle gracias. No podemos esperar que los impíos le alaben, “Somos nosotros los que alabamos al Señor desde ahora y para siempre. ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!” (v. 18).

Amado Papito: Sí, solamente Tú Eres digno de recibir todo honor y toda gloria. Tú amor se alza hasta los cielos y aún más arriba de ellos. ¡Es inagotable! No tenemos palabras para agradecerte tanto bien que haces alrededor de los que te temen. Gracias, muchas gracias por la vida de Patricia. Por lo que hiciste con ella; por la sanidad derramada en su cuerpo. ¡Alabado seas por siempre! ¡Aleluya!

Un abrazo y bendiciones.

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