martes, 19 de febrero de 2019

¡Es maravilloso haberte conocido!


¡Dios es mi salvación! Confiaré en él y no temeré. El Señor es mi fuerza, el Señor es mi canción; ¡él es mi salvación!”. Isaías 12:2. NVI.

Lectura: Isaías 12:1-6.  Versículo del día: Isaías 12:2.

MEDITACIÓN DIARIA

Es una ventaja tener al Señor como Dios. Sin Él, no sé qué hubiera sido de mí. Pienso una y otra vez, lo difícil que es la vida sin Dios. Sin tenerlo a Él como el apoyo, la fuerza, el sostén de cada día. Ahí es cuando entiendo el porqué de tanta gente suicidada. Si aun con el Señor es difícil, cuánto más sin que sea Él, el aliciente que nos motive a seguir adelante. ¡Dios de mi Salvación! Confiaré en Ti y no temeré. Por eso cada vez que pueda contar lo que ha hecho por mí, lo haré con labios agradecidos. “Alaben al Señor, invoquen su nombre; den a conocer entre los pueblos sus obras; proclamen la grandeza de su nombre. Canten salmos al Señor, porque ha hecho maravillas; que esto se dé a conocer en toda la tierra” (vv. 4-5). ¡Sí, que todos lo sepan! ¡Que no quede duda!
Mi devocional, es el granito que sembraré, para que ahora con la tecnología disponible pueda dar la vuelta al mundo a través de quienes lo leen y lo reenvían; también, a través del blog o diferentes redes sociales. Si Tú lo recibes, no dudes en hacerlo a tu familiar o amiga(o). Sé que caerá en buena tierra y dará el fruto apetecible que el Señor desea.

Mi Amado Señor: gracias por haberte conocido y saber que me amas sin siquiera merecerlo. Que has estado pendiente de mí desde siempre. Incluso desde antes de nacer, tus ojos vieron mi embrión, y ya estaban escritas en tu libro, todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar ninguna de ellas. Oh Señor, esto es maravilloso. Rebasa mi comprensión. Es difícil entender tanto amor derramado solo con el fin de verme entre los tuyos, como la niña de tus ojos. ¡Te adoro mi Señor! ¡No tengo palabras para expresar tanta bondad esparcida a lo largo de mi vida! Si esto es lo que conozco, ¡cómo será aquello que tienes guardado para mí en la eternidad! ¡Te amo mi Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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