viernes, 10 de febrero de 2017

¡Tu creación entera se postra ante Ti!

Reconozcan que el Señor es Dios; él nos hizo, y somos suyos. Somos su pueblo, ovejas de su prado. 
Salmo 100:3.

Lectura: Salmo 100:1-5.  Versículo del día: Salmo 100:3.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor es Dios y Él nos hizo: “A pesar de todo, Señor, tú eres nuestro Padre; nosotros somos el barro, y tú el alfarero. Todos somos obra de tu mano” (Isaías 64:8). Nosotros le pertenecemos. Somos las ovejas que pastorea y que lleva a descansar a verdes prados. Esa intimidad con Dios Padre solamente se puede lograr cuando por medio de Jesucristo nos convertimos en sus hijos (Juan 1:12). De ahí la importancia de aceptar a Jesús en nuestras vidas porque al tomar esa decisión: “El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios” (Romanos 8:16), y entonces empieza a brotar del corazón, cantos de alabanza y gratitud al Creador. Él es digno de adoración; es bueno y su  gran amor es eterno. Su fidelidad va de generación en generación (vv. 4-5 en la lectura).
Si fuéramos conscientes de lo que significa ser hijos del Altísimo, muy seguramente nuestro comportamiento sería diferente. Es que nuestro Papito Dios, es el Padre más amoroso, más benigno, más misericordioso y más perdonador. Esta verdad no la alcanzamos a comprender naturalmente. Yo creo que es por obra del Espíritu Santo que en cada uno de los creyentes en Cristo, se arraiga en el corazón de manera sobrenatural.
Empecemos desde aquí en la tierra a regocijarnos con la alabanza, porque en el cielo nos uniremos a la multitud de ángeles y de santos que postrados adoran al Rey celestial.

¡Vengan y adoremos al Gran Yo Soy! ¡Cantémosle himnos de alabanza y gratitud! ¡Eres digno de toda honra por los siglos de los siglos! ¡Gloria por siempre a tu Nombre! ¡Exaltado seas sobre cielos y tierra! ¡Tu creación entera se postra ante Ti!

Un abrazo y bendiciones.

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