Pero algunos insolentes protestaron: ¿Y este es el que nos va a salvar? Y fue tanto su desprecio por Saúl que ni le ofrecieron regalos. Saúl, por su parte, no les hizo caso.
1 Samuel 10:27.
Lectura: 1 Samuel
10:1-27. Versículo del día: 1 Samuel
10:27.
MEDITACIÓN DIARIA
El pueblo de Israel le
pidió a Samuel un rey y el Señor designó y confirmó a Saúl, hijo de Quis, de la
tribu de Benjamín. Samuel ungió a Samuel como rey en nombre del Señor y congregó
a todo el pueblo para darlo a conocer. Como siempre sucede, algunos no lo aceptaron
y lo despreciaron. El Señor permitió una guerra contra los amonitas y Saúl los dirigió
con el poder del Espíritu de Dios. Invadieron el campamento e hicieron una
masacre. “El pueblo le dijo entonces a Samuel: ¿Quiénes son los que no querían
que Saúl reinara sobre nosotros? Entréguenlos, que vamos a matarlos” (1 Samuel
11:12). Saúl no dejó que esto sucediera. Esto le sirvió a Samuel para confirmar
a Saúl como rey.
Claramente vemos que la
murmuración trae consecuencias y la violencia es una de ellas. Infortunadamente
nunca estamos contentos con lo que tenemos quizá por el ego tan jactancioso que
nos domina y de ahí vienen las críticas, los chismes, las calumnias, las divisiones, las intimidaciones y hasta el
terrorismo que tanto daño le hace a un gobierno.
Todavía se nos olvida y
no queremos aceptar que toda autoridad está impuesta por Dios y las que existen
han sido constituidas por Él (Romanos 13:1). Recordemos que con nuestra boca
podemos construir o destruir. Entonces en vez de hablar mal de los gobernantes,
bendigámoslos para que así Dios derrame sobre ellos su sabiduría y sepan gobernar
con justicia y equidad.
Amado Señor: Enséñanos
a no ser ligeros en la crítica y la murmuración contra las autoridades que has
dispuesto para que nos gobiernen. Hoy los bendecimos y pedimos que tu gracia
sea derramada sobre ellos para lograr estados y naciones donde reinen la paz,
la justicia y el derecho como lo deseas Tú.
Un abrazo y
bendiciones.
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