jueves, 9 de febrero de 2017

Necesitamos una sobredosis de prudencia

¡Si tan solo se callaran la boca! Eso, en ustedes, ¡ya sería sabiduría! 
Job 13:5.

Lectura: Job 13:1-12.  Versículo del día: Job 13:5.

MEDITACIÓN DIARIA

Bien les reprende Job a sus amigos porque: “Hasta un necio pasa por sabio si guarda silencio; se le considera prudente si cierra la boca” (Proverbios 17:28), y ellos sólo eran incriminadores; parecían ser sensatos, pero no lo eran. Una de las maneras de demostrar necedad es hablar sin control; y hablando tanto, se yerra también. No se debe hablar demasiado para no decir más de lo debido. Debemos ser prudentes al hablar porque con las palabras es muy fácil herir a las personas y esto no es amor ni consideración. Es sabio entender en cuáles circunstancias se debe hablar y en cuáles no; cuando los tiempos son malos es mejor callar (Amos 5:13).
La Biblia nos manda a orar sin cesar; entonces cambiemos los papeles: en vez de hablar sin cesar, oremos sin cesar. De paso la oración nos va enseñando prudencia. Santiago nos recuerda que debemos estar listos para escuchar y lentos para hablar y para enojarnos (Santiago 1:19), por algo Dios nos dotó con dos oídos y una sola boca. Necesitamos una dosis grande de prudencia.

Amado Señor: Tú sabes cuántos problemas nos ahorraríamos si aprendiéramos a callar. Instrúyenos en este campo para que no hablemos más de la cuenta. Creemos no ser necios y sin embargo nuestras palabras nos delatan. Te rogamos que nos des sabiduría para ser prudentes y abrir la boca solamente para animar, consolar y bendecir. ¡Muchas gracias buen Dios!  

Un abrazo y bendiciones.

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