lunes, 6 de febrero de 2017

Mañana puede ser tarde

Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan. 
2 Pedro 3:9b.

Lectura: 2 Pedro 3:1-18.  Versículo del día: 2 Pedro 3:9b.

MEDITACIÓN DIARIA

Otra versión dice que el Señor es paciente por amor; no quiere que nadie sea destruido sino que todos lleguen al arrepentimiento. Por eso es tan importante que los que ya le conocemos nos preocupemos y sacudamos más, con el fin de alcanzarlos para Cristo. “¿Acaso creen que me complace la muerte del malvado? ¿No quiero más bien que abandone su mala conducta y que viva? Yo, el Señor, lo afirmo”. (Ezequiel 28:23).  
Sería bueno que nos preguntáramos ¿qué sentimos cuando sabemos de un ser querido o conocido simplemente, que no tiene al Señor en su vida y se encuentra al borde de la misma? ¿Nos da igual o somos susceptibles y nos angustiamos por esa situación? En la parábola del gran banquete el amo le ordena al siervo lo siguiente: “Sal de prisa por las plazas y los callejones del pueblo, y trae acá a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos”; y más adelante: “Entonces el señor le respondió: “Ve por los caminos y las veredas, y oblígalos a entrar para que se llene mi casa. (Lucas 14:21 y 23). Los pobres, inválidos, cojos y ciegos son los que no tienen esperanza de vivir. Son los que están azotados por las drogas, postrados en una cama, al borde del suicidio o simplemente vagando con rumbo desconocido y no conocen al Señor. Tenemos que ir por ellos para que también sean partícipes de la gloria eterna. A veces pareciera que creemos ser los únicos que tenemos derecho a la salvación y así no es: “En verdad, Dios ha manifestado a toda la humanidad su gracia, la cual trae salvación” (Tito 2:11). Reflexionemos y seamos firmes en velar porque las almas no se pierdan. Mañana puede ser tarde.

Amado Señor: Gracias por tu Palabra y lo que a diario nos enseñas. Danos el denuedo y la voluntad para ir en busca de los perdidos y llevarlos a participar del banquete que ofreces. Permite que nuestro corazón se llene de amor y compasión por ellos y salgamos de prisa a buscarlos por donde quiera que vayamos. Gracias buen Dios.

Un abrazo y bendiciones.

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