lunes, 18 de julio de 2016

Vuélvete al Señor y Él se volverá a ti

No temas, tierra, sino alégrate y regocíjate, porque el Señor hará grandes cosas. Joel 2:21.

Lectura: Joel 2:12-27.  Versículo del día: Joel 2:21.

MEDITACIÓN DIARIA

A raíz de los sucesos acaecidos en diferentes partes del mundo últimamente y que no deja de intranquilizarnos, es importante entonces, mirar con detenimiento la Palabra de Dios. Tal como el Señor le habla a su pueblo Israel, nos habla ahora a nosotros los de su Iglesia: necesitamos arrepentimiento para ser restaurados. Estamos viviendo tiempos difíciles y lo mejor es descansar en el Señor y estar preparados, sea que el día de su regreso esté cerca o no.
Así que empecemos por el arrepentimiento: “Rásguense el corazón y no las vestiduras. Vuélvanse al Señor su Dios,  porque él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y lleno de amor, cambia de parecer y no castiga” (v. 13). Cuando hay verdadero arrepentimiento, la misericordia de Dios se manifiesta.  Él como el mejor de los padres está listo a regocijarse y a hacer fiesta porque aquel hijo perdido ha vuelto (Lucas 15:22-24). “Entonces el Señor mostró amor por su tierra y perdonó a su pueblo” (v. 18 en la lectura). En aquel momento, sucede lo mejor: El Señor hará cosas grandes e inimaginables en favor nuestro. La tierra, junto con sus animales y vegetación serán renovados; la lluvia volverá a caer como en tiempos pasados (vv. 21, 22, 23). Y revisemos la alentadora promesa que tendremos: “Yo les compensaré a ustedes por los años en que todo lo devoró ese gran ejército de langostas que envié contra ustedes: las grandes, las pequeñas, las larvas y las orugas” (v. 25).
¿Estás cansado, abatido, enfermo, en crisis financiera, solo o abandonado? ¿Crees que el Señor no te escucha o que tarda mucho en responderte? ¡No importa! Esta Palabra es para ti: vuélvete al Señor y Él se volverá a ti.

Amado Señor: gracias porque aunque el mundo esté en un caos total, Tú sigues viendo por los tuyos. Gracias porque lo que demandas de cada uno de nosotros es arrepentimiento genuino. Tú nos haces reconocer que no hay otro Dios fuera de Ti, Grande, Majestuoso y Misericordioso. ¡Te alabamos, te adoramos, te exaltamos! Eres nuestra Roca eterna y en quien podemos confiar.

Un abrazo y bendiciones.

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