No temas, tierra, sino alégrate y regocíjate, porque el Señor hará grandes cosas. Joel 2:21.
Lectura: Joel
2:12-27. Versículo del día: Joel 2:21.
MEDITACIÓN DIARIA
A raíz de los sucesos
acaecidos en diferentes partes del mundo últimamente y que no deja de
intranquilizarnos, es importante entonces, mirar con detenimiento la Palabra de
Dios. Tal como el Señor le habla a su pueblo Israel, nos habla ahora a nosotros
los de su Iglesia: necesitamos arrepentimiento para ser restaurados. Estamos
viviendo tiempos difíciles y lo mejor es descansar en el Señor y estar
preparados, sea que el día de su regreso esté cerca o no.
Así que empecemos por
el arrepentimiento: “Rásguense el corazón y no las vestiduras. Vuélvanse al
Señor su Dios, porque él es bondadoso y
compasivo, lento para la ira y lleno de amor, cambia de parecer y no castiga”
(v. 13). Cuando hay verdadero arrepentimiento, la misericordia de Dios se
manifiesta. Él como el mejor de los
padres está listo a regocijarse y a hacer fiesta porque aquel hijo perdido ha
vuelto (Lucas 15:22-24). “Entonces el Señor mostró amor por su tierra y perdonó
a su pueblo” (v. 18 en la lectura). En aquel momento, sucede lo mejor: El Señor
hará cosas grandes e inimaginables en favor nuestro. La tierra, junto con sus
animales y vegetación serán renovados; la lluvia volverá a caer como en tiempos
pasados (vv. 21, 22, 23). Y revisemos la alentadora promesa que tendremos: “Yo
les compensaré a ustedes por los años en que todo lo devoró ese gran ejército
de langostas que envié contra ustedes: las grandes, las pequeñas, las larvas y
las orugas” (v. 25).
¿Estás cansado,
abatido, enfermo, en crisis financiera, solo o abandonado? ¿Crees que el Señor
no te escucha o que tarda mucho en responderte? ¡No importa! Esta Palabra es
para ti: vuélvete al Señor y Él se volverá a ti.
Amado Señor: gracias
porque aunque el mundo esté en un caos total, Tú sigues viendo por los tuyos.
Gracias porque lo que demandas de cada uno de nosotros es arrepentimiento
genuino. Tú nos haces reconocer que no hay otro Dios fuera de Ti, Grande,
Majestuoso y Misericordioso. ¡Te alabamos, te adoramos, te exaltamos! Eres
nuestra Roca eterna y en quien podemos confiar.
Un abrazo y
bendiciones.
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