miércoles, 6 de julio de 2016

Para volver a regocijarme en su regazo

Yo te haré mi esposa para siempre, y te daré como dote el derecho y la justicia,     el amor y la compasión. Te daré como dote mi fidelidad, y entonces conocerás al Señor. Oseas 2:19-20.

Lectura: Oseas 2:1-23. Versículos del día: Oseas 2:19-20.

MEDITACIÓN DIARIA

Dios es un Dios celoso y demanda de nuestra parte exclusiva adoración para Él. El pueblo de Israel se prostituyó siguiendo a otros dioses y Dios a través del profeta Oseas, les anuncia el castigo que tendrán por haberlo abandonado: “La llamaré a cuentas por los días en que quemaba ofrendas a sus falsos dioses, cuando se adornaba con zarcillos y joyas, y olvidándose de mí, se iba tras sus amantes —afirma el Señor —” (v. 13). Sin embargo su amor inigualable hacia Israel es más fuerte y les promete una restauración como el esposo más amoroso y fiel.
Lo mismo hará con su Iglesia. Cada uno de nosotros somos parte de ella; y si lo hemos abandonado y olvidado, llegará el momento en que con amor eterno nos atraerá de nuevo (Jeremías 31:3). Nadie más nos ofrece esa clase de amor y esa fidelidad incomparable. Nos regalará el derecho y la justicia.  “ya no me llamarás: mi señor, sino que me dirás: esposo mío” (v. 16). ¡Qué manera de reconquistarnos y volvernos hacia sus brazos!  ¡Tú eres hermoso, amado mío!

Eres el más fiel y verdadero amor. Eres el amor inigualable de mi vida y no sé cómo pagarte tanto bien que me has hecho. Por favor mi Señor: cada vez que me veas alejada de Ti, llévame al desierto donde solo Tú y yo estemos para que allí sienta la fuerza poderosa de tus brazos y vuelva a regocijarme en tu regazo.

Un abrazo y bendiciones.

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