viernes, 29 de julio de 2016

Prudencia, sin dejar de hacer el bien

¡Yo sé cuán numerosos son sus delitos, cuán grandes sus pecados! Ustedes oprimen al justo, exigen soborno y en los tribunales atropellan al necesitado. Por eso en circunstancias como éstas guarda silencio el prudente, porque estos tiempos son malos. Amos 5:12-13.

Lectura: Amós 5:4-15.  Versículos del día: Amos 5:12-13.

MEDITACIÓN DIARIA

Esta profecía fue dada para el reino de Israel y leyéndola, la asemejo a nuestra época. Yo no podría decir a ciencia cierta que estamos en los últimos tiempos, pero por lo menos hay muchas señales que advertir. Sea que sí, o sea que no, es muy conveniente tener en cuenta lo que dice el versículo 13: “Por eso en circunstancias como éstas guarda silencio el prudente, porque estos tiempos son malos”. Recordemos que el hombre prudente es el sabio y que el principio de la sabiduría es el temor a Dios. Nosotros ya le hemos conocido y por eso lo reverenciamos; entonces, aprendamos a ser prudentes porque el mundo está caótico: “convierten el derecho en amargura y echan por tierra la justicia”. (v. 7). Es lo que a diario vemos en todas las naciones: corrupción que lleva a violar el derecho y por consiguiente no puede haber justicia.
“Busquen el bien y no el mal, y vivirán; y así estará con ustedes el Señor Dios Todopoderoso,     tal como ustedes lo afirman. ¡Odien el mal y amen el bien! Hagan que impere la justicia en los tribunales” (vv. 14-15). Si somos sabios buscaremos hacer el bien. El bien al elegir los mandatarios; el bien para no sobornar; el bien para defender a los oprimidos; el bien para ayudar al necesitado; el bien para decir la verdad; el bien para predicar Las Buenas Nuevas de salvación; el bien para dar testimonio.
Considero que todas estas actuaciones nos hacen obrar rectamente; así es como desea el Señor que lo hagamos: buscar la sabiduría de Dios para portarnos prudentemente. Y si es que el tiempo está cerca, muchísimo mejor porque estaremos esperando a nuestro Amado como las jóvenes que previendo su llegada tenían aceite para la noche (Mateo 25:1-13).

Amado Señor: Gracias por tu Palabra. Enséñanos a ser prudentes y callar cuando sea necesario hacerlo. Ahora vemos un mundo de confusión; queremos brillar en medio de tanta oscuridad, buscando siempre hacer el bien para estar preparados y que tu regreso no nos coja desapercibidos.

Un abrazo y bendiciones.

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