Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo. Efesios 3:17b-18.
Lectura: Efesios
3:1-21. Versículos del día: Efesios 3:17b-18.
MEDITACIÓN DIARIA
Solamente cuando
entendemos cuál fue la clase de amor que el Señor nos regaló, podemos
verdaderamente dar el testimonio de lo que somos como creyentes. A veces
pensamos que Dios nos ama porque lo conocimos y amamos primero, pero no es así.
Su amor fluye en nosotros como consecuencia del ofrecido de antemano por Él.
Siendo Jesucristo la
máxima expresión del amor, se me ocurre asimilarlo a lo que es una novia con su
enamorado. Bueno, por lo menos en tiempos de antaño, la mujer era seducida por
el hombre y éste la cortejaba hasta lograr su cometido. Sus detalles, su
cariño, su respeto y su constancia obraban en ella y le era fácil aceptar esa
relación. Creo que Dios hace lo mismo con nosotros: a lo largo de nuestra vida,
de una u otra manera nos está mostrando su amor, hasta que llega el momento propicio
y caemos rendidos a sus pies. “En esto consiste el amor: no en que nosotros
hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera
ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados” (1 Juan 4:10). Y el
amor de Dios por ese misterio que no podemos entender, se transforma en el amor
que Cristo Jesús viene a ofrecernos, para que todo aquel que en Él crea, no se
pierda sino que tenga vida eterna (Juan 3:16). Entonces, es ahí donde hacemos
gala de novia conquistada y enamorada como lo somos, cuando entramos a formar
parte de su Iglesia.
Ahora, mientras regresa
nuestro Amado para desposarnos y estar por siempre a su lado, demostremos su
amor por donde quiera que vayamos, compartiendo su mensaje de amor y perdón a
la humanidad caída.
Amado Señor: Muchas
gracias por el amor que nos ofreciste sin merecerlo. Gracias porque solo por
ese amor inigualable esperamos que vengas y nos lleves a tu recinto para hacernos
tu esposa y gozar de tu presencia por la eternidad ¡Enséñanos a amarte como nos
amas Tú!
Un abrazo y
bendiciones.
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