jueves, 7 de julio de 2016

Aprendiendo a ser generosos

Pero ustedes, así como sobresalen en todo —en fe, en palabras, en conocimiento, en dedicación y en su amor hacia nosotros —, procuren también sobresalir en esta gracia de dar. 2 Corintios 8:7.

Lectura: 2 Corintios 8:1-15.  Versículo del día: 2 Corintios 8:7.

MEDITACIÓN DIARIA

Bien lo dice Pablo: hay que sobresalir en la gracia de dar. Y es que Dios ama al dador alegre; no hay que dar por necesidad ni buscando la retribución de Él. “Porque si uno lo hace de buena voluntad, lo que da es bien recibido según lo que tiene, y no según lo que no tiene” (v. 12). Según la Carta, entiendo que lo macedonios tenían  menos recursos que los corintios y sin embargo con lo que se propusieron dar,  con eso cumplieron. Dieron con amor para suplir a los hermanos que no tenían y estaban expandiendo el Evangelio (Gálatas 2:9-10).
El Señor dice que hay que dar y deberíamos acostumbrarnos a hacerlo sin llegar a sentir carga por hacerlo. No solamente hay que sobresalir en la fe, el conocimiento y entusiasmo, hay que también sobresalir en la generosidad. Igual la Iglesia ahora, tiene la misma función de esa época: colaborar en la obra del Señor. Pablo hablando de los macedonios dice que primero le entregaron al Señor su vida y luego se sometieron en todo a cumplir la voluntad de Dios en ellos (v. 5). Encontré una frase que parafraseándola dice que la madurez espiritual conduce a la generosidad material. Y es que cuando queremos que sea el Señor el eje de nuestras vidas, hay que entregarle todas las áreas y aquí entra del mismo modo la financiera. Infortunadamente el hombre está contento hasta que le tocan el bolsillo. Recordemos: si Dios nos ha bendecido materialmente, bendigamos con lo nuestro al Señor a través de los que nos ayudan a proveer el alimento espiritual.

Amado Señor: Gracias por enseñarnos a cumplir fielmente con lo tuyo. Gracias por hacernos entender la necesidad de dar. Señor soy testigo de que Tú nos devuelves mucho más de lo que ofrendamos, pero te ruego que ese no sea el motivo para sembrar en tu obra; que sea el mismo amor hacia Ti el que nos mueva a hacerlo. Gracias porque Tú siendo rico te hiciste pobre por nosotros solo por tu gracia. ¡Bendito eres Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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