viernes, 22 de julio de 2016

Aprendiendo a vivir como hijos de luz

Porque ustedes antes eran oscuridad, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de luz. Efesios 5:8.

Lectura: Efesios 5:1-20.  Versículo del día: Efesios 5:8.

MEDITACIÓN DIARIA

El apóstol Pablo hace un llamado a todos los convertidos al Señor haciéndonos ver la importancia de vivir como hijos de luz: “Entre ustedes ni siquiera debe mencionarse la inmoralidad sexual, ni ninguna clase de impureza o de avaricia, porque eso no es propio del pueblo santo de Dios. Tampoco debe haber palabras indecentes, conversaciones necias ni chistes groseros, todo lo cual está fuera de lugar; haya más bien acción de gracias” (vv. 3-4).
Observemos muy bien lo que nos recomienda el apóstol para tener en cuenta: no dejarnos engañar por los que tratan de justificar sus pecados (lo cual suele ocurrir porque recordemos que estamos en el tiempo donde a lo bueno se le dice malo y viceversa); no ser partícipe de las obras de oscuridad; ser sabios en la manera de vivir; sacarle provecho a todas las oportunidades (esto es llevar el mensaje de salvación en todo tiempo); no actuar sin pensar en lo que le agrada al Señor; no embriagarse con vino (vv. 6-7 y 10-18).
Si la luz de Cristo nos alumbra, todo lo que la luz pone al descubierto se hace visible. Y si tenemos esa luz dentro produce solo cosas buenas (vv. 8-9), porque el Señor es bueno. Por consiguiente lo que sí debemos hacer es llenarnos del Espíritu Santo para cantarle himnos con el corazón y darle gracias a Dios Padre en todo tiempo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo (vv. 18-19). Aprendamos a vivir como hijos que viven guiados por la luz de Jesús, queriendo agradarle para cumplir su voluntad.

Amado Señor: te pedimos perdón porque en verdad se nos olvida que estamos llamados a andar siempre sobre terrenos claros. Enséñanos a caminar  como hijos que tienen tu luz para no tropezar y caer. Queremos que esa luz sea el fiel reflejo de lo que somos Contigo. Queremos brillar en todo lugar y tiempo para agradarte y cumplir tu voluntad. ¡Gracias buen Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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