El primer día de la semana, muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que habían removido la piedra que cubría la entrada. Así que fue corriendo a ver a Simón Pedro y al otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: —¡Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto!
Juan 20:1-2. NVI.
Lectura: Juan 20:1-18. Versículos del día: Juan 20:1-2.
MEDITACIÓN DIARIA
¡Él triunfó sobre la
muerte! La tumba estaba vacía, pero sus discípulos Pedro y Juan que fueron corriendo
al sepulcro de Jesús no habían comprendido lo que su Maestro les había dicho al
respecto que resucitaría; “En ese momento entró también el otro discípulo, el
que había llegado primero al sepulcro; y vio y creyó. Hasta entonces no habían entendido la
Escritura que dice que Jesús tenía que resucitar” (vv. 8-9).
¡Gloria a Dios! ¡La tumba
del Señor Jesús está vacía! Él venció la muerte para que también todos los que
creemos pasáramos de muerte a vida y más tarde encontrarnos con nuestro buen
Jesús para tener una vida eterna a su lado. Es un privilegio para todo aquel
que en Él cree. La tumba de ningún otro líder religioso se encuentra vacía,
solamente podemos afirmar esto, con la tumba de nuestro Rey y Señor, Jesús de
Nazaret.
Señor Jesús: gracias
porque tal como lo expresaste a tus discípulos que resucitarías, así sucedió.
Bendito Dios, gracias porque tus planes son perfectos y en el momento exacto
permitiste que Tu Hijo Jesús, el Mesías prometido viniera a la tierra para
salvarnos de la esclavitud del pecado y poder llegar hacia Ti, sin tropiezo
alguno. Gracias precioso Espíritu Santo que levantaste de los muertos a Jesús
de Nazaret para que también nosotros resucitemos. Gracias Señor Jesús por la
nueva vida aquí en la tierra y la vida futura en la Patria Celestial. ¡Te
amamos bendito Dios Trino!
Un abrazo y bendiciones.
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