Canten al Señor con gratitud; canten salmos a nuestro Dios al son del arpa.
Salmo 147:7. NVI.
Lectura: Salmo 147:1-20. Versículo del día: Salmo 147:7.
MEDITACIÓN DIARIA
Cómo no cantarle al Señor
con gratitud cuando vemos tantas bendiciones y favores recibidos de parte de Él.
El Señor sigue siendo Fiel; su fidelidad no tiene límites y por eso hay que agradecerle.
Te invito a que le honres con tu alabanza; es una manera muy bonita de
demostrarle nuestro amor y agradecimiento. Ese es el sacrificio que le agrada a
Dios.
Amado Señor Jesús:
día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto y segundo tras segundo no
dejas de poner tus ojos en mi vida. Sabes exactamente mi levantar sin haberlo ejecutado;
sabes la palabra que va a salir de mi boca sin haberla pronunciado. Todos mis
pensamientos te son conocidos, pero aun así deseas que los exprese para Ti. Toma
buen Señor todas mis palabras de adoración y alabanza que hoy te digo.
Definitivamente, no hay otro Dios como Tú. Muchas veces en medio de las circunstancias
no atino a pronunciar mi agradecimiento, perdóname por ello; pero más tarde repasando
los hechos, he podido comprobar cuánto hiciste y cómo tu actuar redundó en
beneficio de lo trastornado. Gracias, infinitas gracias, a Ti Señor Dios
Todopoderoso. Tú Eres el Gran Yo Soy; Eres el Principio y el Fin; Eres el Alfa
y la Omega. Sin Ti, nada de lo que existe tendría vida; solamente Tú Eres el
Dador de ella. ¡Te amo mi Señor! Se me agotan las palabras para expresarte lo
que representas en mi vida. Sin Ti creo que no sé vivir; lo Eres Todo para mí.
Gracias, muchas gracias por fijarte en mí con tanto amor. Gracias porque estás
pendiente de mi esposo y de cada uno de mis hijitos; ninguno se ha quedado por
fuera. Gracias por lo que hiciste con mi pequeña hijita, gracias, muchas
gracias. Y, no mi Señor, no me he olvidado de darte las gracias por esos
retoños preciosos que me has regalado para alegrar estos años dorados por los que
me permites transitar. Ellos mi Señor, son la alegría, el encanto; ellos me
viven recordando tu gracia derramada al verlos correr y revolotear de lado a
lado. Son vida que renuevan vida. A cada uno le has dado algo especial, pero
lo más hermoso es saber que son Tuyos y eso lo entienden muy bien. Gracias,
muchas gracias mi Señor. Soy minúscula en medio de tu creación tan grande y aun
así estás siempre listo para mí. Te alabo, te adoro Señor de señores, Rey de
reyes. Contigo alabo también al Papito Celestial; al Papito que no duerme ni se
cansa; al Papito que no se molesta ni fastidia escuchándome hablar: siempre
está disponible para atender a su hija. También doy todo Honor y Gloria al
precioso Espíritu Santo; Eres Tú quien me diriges, corriges e inspiras en estos
mis devocionales. Sin Ti, no saldrían las palabras para expresar mis
pensamientos y mis sentimientos. Amada Trinidad: toda la Honra, Honor, Gloria, Alabanza
y Poder te pertenecen. Recíbela hoy; toda es para Ti.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario