lunes, 9 de enero de 2023

Que el fruto del amor perdure en nosotros

Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada. 

Juan 15:5. NVI.


Lectura: Juan 15:1-8.  Versículo del día: Juan 15:5.


MEDITACIÓN DIARIA


Tenemos que estar bien pegaditos del Señor Jesús para dar el fruto que glorifique al Padre. Considero que el fruto que debemos dar no es solamente compartir y llevar el mensaje. ¡Claro que esto es muy necesario! Sin embargo, si no tenemos amor no somos nada. El Señor a lo largo de su Evangelio nos habla del amor que debemos ofrecer; de hecho, es el nuevo mandamiento que nos deja (Juan 13:34). Él se entregó a nosotros por amor y en esto tenemos que ser semejantes a Cristo. En una palabra, dejar que el Señor crezca y nosotros menguar (Juan 3:30), es la manera de dar el mejor fruto. Además de eso: “Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá” (v. 7). Una buena clave para tener en cuenta cuando le hacemos peticiones.


En conclusión, el fruto que se nos pide es el de llevar amor. Por amor compartimos la Palabra, por amor somos pacientes, por amor respondemos con suavidad, por amor perdonamos. En fin, el amor es parte del fruto del Espíritu Santo y en 1 Corintios 13 se nos dice cómo debe ser ese amor. No nos despeguemos del Señor para que ese fruto permanezca y crezca cada día más.


Amado Señor Jesús: gracias por hacernos parte de esa tu vid verdadera. Gracias por enseñarnos a permanecer en Ti para dar fruto que perdure. Queremos hacer tu voluntad y que el Padre se goce con nosotros. Gracias bendito Dios por podarnos cuando lo ves necesario para nuestro crecimiento. Muchas veces duele esa podada, pero Tú bien sabes cuánto lo precisamos. Muchas gracias por mostrarnos la importancia del fruto del amor. ¡Te amamos buen Señor y Dios nuestro!


Un abrazo y bendiciones.

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