Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.
Juan 1:12. NVI.
Lectura: Juan 1:6-13. Versículo del día: Juan 1:12.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor Jesús vino al
mundo por voluntad y misericordia de Dios Padre. Sin embargo, Él vino para
salvar al hombre pecador empezando por los de su pueblo Israel, pero estos no
lo aceptaron. Por eso, se nos dio el privilegio al resto de la humanidad de
acogernos y creer en su Nombre, lo cual nos da el derecho de ser hijos de Dios.
Miremos bien: no todos los seres humanos son hijos de Dios; son criaturas de
Dios, más no hijos. Solamente cuando le permitimos a Jesús de Nazaret que tome
nuestras vidas, nos constituimos como verdaderos hijos de Dios. El versículo
siguiente dice: “Estos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por
voluntad humana, sino que nacen de Dios” (v. 13). ¿Un misterio? Claro que sí,
pero así es nuestro Grandioso Dios.
Para ser hijos de Dios
debemos recibir a Jesús en nuestras vidas. ¿Cómo? Con una sencilla oración de fe,
pero con un corazón sincero y dispuesto para Él. Si es tu deseo, te puedo guiar.
Dile así:
Señor Jesús: gracias
porque me amas y yo te necesito; entiendo que soy pecador y que Tú viniste a
morir en mi lugar. Te abro la puerta de mi vida para que seas mi Señor y
Salvador. Perdona mis pecados; toma el control del trono de mi vida y hazme la
persona que deseas que yo sea. Gracias por perdonarme, limpiarme y darme una
vida nueva Contigo gozando como hijo de Dios. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
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