¡Oh Señor, qué grandes son tus obras! Y qué profundos son tus pensamientos.
Salmo 92:5. NTV.
Lectura: Salmo
92:1-8. Versículo del día: Salmo 92:5.
MEDITACIÓN DIARIA
Cuando meditamos en la
grandeza de nuestro Dios y en la profundidad de sus pensamientos, nos quedamos
cortos e incluso ni comprendemos la magnitud de su Poder y de su Soberanía. Bien
lo expresó el apóstol Pablo en su Doxología: “¡Oh, profundidad de las riquezas
y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son Sus juicios
e inescrutables Sus caminos!” (Romanos 11:33). Es realmente imposible para nosotros
entender sus decisiones y explicar lo que hace. Pero precisamente, por eso es su
grandeza; por eso no hay otro que se pueda en verdad llamar Dios, solamente lo
es así nuestro Dios. Por eso es bueno dar gracias al Señor; es bueno en las
mañanas proclamar su gran amor y en la noche su fidelidad (vs. 1-2 en la
lectura). Al contemplar su Grandeza y verme tan insignificante, admiro mucho
más que haya puesto los ojos en mí y que me haya hecho tanto bien; tal como lo
dice el Salmista: “Todo lo que has hecho por mí, Señor, ¡me emociona! Canto de
alegría por todo lo que has hecho” (v. 4).
Señor mi Dios,
gracias, muchas gracias que siendo Tú el Dios Santo y Verdadero te hayas
inclinado hasta mí para hablarme con ternura, para enamorarme con tu
misericordia y con tu amor; para verme como a la niña de tus ojos. ¡Oh mi
Señor! No tengo palabras para agradecerte tanto. Solo me queda ofrecerte mis
votos de gratitud a Ti, Altísimo Señor y Dios.
Un abrazo y bendiciones.
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