jueves, 3 de noviembre de 2022

Amar a Dios y de ahí para abajo seguir amando

 —Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante en la ley de Moisés? 

Mateo 22:36. NTV.


Lectura: Mateo 22:34-46.  Versículo del día: Mateo 22:36.


MEDITACIÓN DIARIA


Esta pregunta le hicieron los fariseos al Señor, con el ánimo de tenderle una trampa y el Señor les responde: “—“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primer mandamiento y el más importante. Hay un segundo mandamiento que es igualmente importante: Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Quedaron tan anonadados los fariseos con esa respuesta, que dice más adelante la Palabra, se cansaron de hacerle más preguntas (v.46).


Entonces, si amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente es el mandato más importante en la ley de Moisés y el Señor se lo recuerda a los que lo seguían, quiere decir que es válido para nosotros actualmente. Esa es la manera total de amar a Dios y para completar, si nos parece este poco relevante, nos da un segundo igual de importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Pienso que estos dos mandatos, resumen todo el Nuevo Testamento; o sea, amar a Dios y a través de ese amor a Él, continuar amando al prójimo. Amor incondicional, amor ágape tal como nos lo ofrece el mismo Señor: amar a pesar de… ¿De qué? De que nos hayan maltratado, nos hayan vituperado, nos hayan golpeado. Por encima de lo que sea ofrecer amor. ¿Qué es fácil? De ninguna manera. No es fácil; pero cuando volteamos los ojos a Jesús y nos damos cuenta del amor que Él nos ha ofrecido siendo nosotros lo peor de lo peor, entendemos la clave para amar al prójimo. Es muy fácil amar al que nos ha hecho bien, pero todo lo contrario al que nos ha hecho mal. Sin embargo, el mandato es amarlo.


Señor Jesús: gracias porque solamente mirándote a Ti, podemos amar sin límite ni obstáculo alguno. Gracias bendito Jesús por hacernos entender la maravillosa manera de lo que es tu amor. Queremos ser iguales a Ti en ese sentido; enséñanos a amar sin medida alguna y simplemente acatar tu mandato. Gracias, gracias Señor Dios nuestro.


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: