¡No! Esta es la clase de ayuno que quiero: pongan en libertad a los que están encarcelados injustamente; alivien la carga de los que trabajan para ustedes. Dejen en libertad a los oprimidos y suelten las cadenas que atan a la gente. Compartan su comida con los hambrientos y den refugio a los que no tienen hogar; denles ropa a quienes la necesiten y no se escondan de parientes que precisen su ayuda.
Isaías 58:6-7. NTV.
Lectura: Isaías
58:1-12. Versículos del día: Isaías
58:6-7.
MEDITACIÓN
DIARIA
¡Humm!
Definitivamente el ayuno no es simplemente dejar de comer. Va mucho más lejos.
Es entender al necesitado. ¡Y los hay tantos! Unos de un modo y algunos de otro.
Hay quienes no solamente tienen sed de agua y hambre de pan, porque su espíritu
grita de dolor. Los hay también atados no a una cárcel sino a su propio pecado.
Sí; hay que ayunar teniendo en cuenta las recomendaciones del Señor en Isaías y
adentrándonos un poquito más en las causas y consecuencias de cada uno. El
Señor tuvo compasión no solamente de los pobres materialmente; también de los
pobres de espíritu. Como conclusión: dejar brillar el amor de Jesús en los que
le conocemos y por ese amor desatar toda cadena que a los cautivos esté
generando miseria en todas sus formas.
Señor
Jesús: muchas gracias por tu Palabra. Gracias porque Tú sabes hablarnos
directamente y demostrarnos cuánto amor aún falta en nuestro corazón para
comprender al prójimo empezando por los parientes como lo mandas Tú. Pon por
favor en nosotros palabras de aliento, y que nuestro actuar no sea solamente un
decir sino también un hacer para que el mundo vea tu gloria y se acerque a Ti.
Gracias, muchas gracias buen Señor y Salvador. ¡Te amamos!
Un abrazo y bendiciones.
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