Cuando Jesús los oyó, les dijo: La gente sana no necesita médico, los enfermos sí. No he venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que saben que son pecadores.
Marcos 2:17. NTV.
Lectura: Marcos 2:13-17.
Versículo del día; Marcos 2:17.
MEDITACIÓN DIARIA
Esas palabras del Señor Jesús
son para todos los tiempos. En todas las épocas se encuentran personas que se
creen super buenas y que, según ellas, no necesitan de Dios. Sabemos que para
Dios no hay distinción de pecados; todos son iguales. Entonces, bien nos afirma
la Palabra de Dios al decirnos que no hay un solo hombre bueno; no hay justo
alguno. El único bueno es Dios (Marcos 10:18). Por eso precisamente vino el
Señor Jesús, a redimirnos y a pagar por nuestros pecados. Y ese es el Evangelio
de las Buenas Nuevas del Señor Jesucristo, y esa es la Palabra que sus
discípulos predicaron y más adelante el apóstol Pablo y ahora todos los que le
seguimos. “En realidad, dice: El mensaje está muy al alcance de la mano, está
en tus labios y en tu corazón. Y ese mensaje es el mismo mensaje que nosotros
predicamos acerca de la fe: Si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y
crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. Pues es
por creer en tu corazón que eres hecho justo a los ojos de Dios y es por
declarar abiertamente tu fe que eres salvo.” (Romanos 10:8-10).
Teniendo en cuenta lo anterior
y sabiendo que todos somos pecadores, te invito a que le digas a Jesús que tome
tu vida; decláralo abiertamente. Te puedo guiar con una pequeña oración; dile
así:
Señor Jesús: hoy
entiendo que soy pecador y que Tú me amas de tal manera que deseas mi
salvación. Eres el Hijo de Dios, muerto y resucitado por Dios. Toma mi vida; te
la entrego para que seas mi Señor y Salvador. Perdona mis pecados y hazme la persona
que deseas que yo sea. Gracias por perdonarme, limpiarme y darme una nueva vida
Contigo y una eternidad a tu lado. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
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