“Además, los espíritus malignos, al verlo, se postraban ante él, gritando: ¡Tú eres el Hijo de Dios!
Marcos 3:11. NVI.
Lectura: marcos 3:1-12. Versículo del día: Marcos 4:11.
MEDITACIÓN DIARIA
No solamente el Señor
sanaba enfermos o calmaba vientos y tempestades; también echaba fuera los
demonios y aquí lo vemos. Bien podemos notar que ellos lo identificaban y se
postraban ante Él reconociéndolo como el Hijo de Dios, sabían de su poder y
autoridad. Ellos creen y tiemblan ante su Presencia. Es un ejemplo claro que
nos demuestra la autoridad de Jesús.
Amado Señor: muchas
gracias por venir al mundo para salvarme. Yo también reconozco que Eres el Hijo
de Dios muerto y resucitado, solamente con el propósito de rescatar al hombre
de las garras del enemigo y darle vida eterna juntamente Contigo. Gracias Señor
porque en el mundo predomina el mal impulsado por estas fuerzas malignas pero
la autoridad Tuya prevalece sobre ellos y Tú me has dado el poder de saber
actuar en su contra, también con autoridad. Gracias porque es tu Santo Espíritu
quien mora en mí, quien me instruye, me da discernimiento y me levanta ante
cualquier anomalía. ¡Te amo mi Señor! ¡Contigo lo tengo todo! ¡Ya nada ni nadie
me puede separar de Ti!
Un abrazo y bendiciones.
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