Pero al Hijo le dice: Tu trono, oh Dios, permanece por siempre y para siempre. Tú gobiernas con un cetro de justicia. Amas la justicia y odias la maldad. Por eso, oh Dios, tu Dios te ha ungido derramando el aceite de alegría sobre ti más que sobre cualquier otro.
Hebreos 1:8-9.
Lectura: Hebreos 1:
1-9. Versículos del día: Hebreos 1:7-9.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor Jesús merece
toda nuestra adoración, honra y gloria; Dios Padre lo alaba y también dice: “Por
lo tanto, Dios lo elevó al lugar de máximo honor y le dio el nombre que está
por encima de todos los demás nombres para que, ante el nombre de Jesús, se
doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda
lengua declare que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre” (Filipenses
2:9-11).
Sí; tal vez ahorita no
vemos sino maldad, destrucción, herejías, abusos, etc. pero llegará el día en
que nos vamos a gloriar viendo a nuestro Rey y Señor, ocupando el lugar que le
corresponde. Aun así; es tiempo de adorarle por lo que es y por lo que hizo por
cada uno de nosotros. Dio su vida, por ti y por mí; nos compró con su preciosa
sangre. Toda rodilla se doblará ante Él. ¡Adorémosle!
Adoremos a quien
se inmoló por nuestros pecados a cambio de nada. Muchas gracias Señor Jesús;
gracias porque Eres nuestro Dios Salvador y Redentor. Te mereces toda nuestra
adoración; Eres el Rey de reyes y Señor de Señores. Solo Tú mereces toda nuestra
adoración y pleitesía.
Digno Eres de recibir la honra, la gloria y el poder. Tú el Cordero inmolado,
Creador de todo lo que existe, la fortaleza, la riqueza y la alabanza son
Tuyas.
Un abrazo y bendiciones.
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