No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.
Juan 15:16. NVI.
Lectura: Juan 15:16-19.
Versículo del día: Juan 15:16.
MEDITACIÓN DIARIA
Tenemos la tendencia a
creer que nosotros somos los que buscamos a Dios y no es así. Él en su
infinita misericordia nos buscó, nos rescató, perdonó y restauró; todo por
amor: “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que
todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). El
hombre estaba separado de Dios por el pecado; todos hemos pecado (Romanos 3:23),
pero Jesús vino a morir en nuestro lugar (Romanos 5:8). Entonces se hace un puente
donde no es el hombre tratando de llegar a Dios por diferentes medios como:
religiones, buenas obras, filosofías, leyes morales, sino Dios llegando al hombre
a través de su Hijo Jesús y por eso es necesario recibirle (Juan 1:12), conocerle
y obedecerle a través de su Palabra.
El Señor Jesús nos hace
una invitación: “Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y
abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
Recibimos a Cristo por fe; es un acto de voluntad. La vida dirigida por Cristo
es una vida de armonía y propósito. ¿Deseas hacerlo? Te puedo dirigir con una
pequeña oración; si es tu deseo dile así:
Señor Jesús: yo te
necesito, entiendo que me amas tanto que moriste por mí. Te abro la puerta de
mi vida para que seas mi Señor y Salvador; perdona mis pecados. Ocupa el trono
de mi vida y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias por perdonar mis
pecados y darme la vida eterna Contigo. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
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