Entonces el padre se dio cuenta de que la sanidad había ocurrido en el mismo instante en que Jesús le había dicho: ‘Tu hijo vivirá’. Y tanto él como todos los de su casa creyeron en Jesús.
Juan 4:53. NTV.
Lectura: Juan 4:43-54. Versículo del día: Juan 4:53.
MEDITACIÓN DIARIA
Muy seguramente, tú que
me sigues y lees mis devocionales, has podido darte cuenta que el Dios en que
creo es el mismo que hace dos mil años, cruzando por Galilea, cerca de allí, en
Capernaum, sanó al hijo de un funcionario del gobierno. He comprobado en mi
propia vida y he visto igualmente, infinidad de sanidades del Dios y Señor nuestro.
Te invito para que, si ha sido de la misma manera en tu caso, no te quedes
callado(a); sal a gritar a los cuatro vientos que tenemos al Dios para el que
no hay imposibles y cuenta tu testimonio para honrar al Señor.
Amado Señor:
gracia porque bien sabemos que Eres Tú el gran Salvador y Sanador de nuestras
vidas. Gracias porque al igual que a aquel hijo del funcionario de gobierno, te
hemos visto actuar en nuestras vidas. Yo soy testigo de las sanidades en mi
familia; no solamente con mi vida sino también en la de mi esposo y
recientemente en la del bebé de nuestra hijita. Señor, para Ti no hay
imposibles y nada te queda grande. Eres el Dios Todopoderoso y Majestuoso.
Gracias, muchas gracias porque tu misericordia se extiende sin distingos de
clase, de raza, de nacionalidad y de edad. Gracias, gracias buen Señor y Dador
de nuestras vidas. ¡Eres Dios Grande y Poderoso! ¡Te amamos buen Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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