También Judas, el que lo traicionaba, conocía aquel lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos.
Juan 18:2. NVI.
Lectura: Juan 18:1-11. Versículo del día: Juan 18:2.
MEDITACIÓN DIARIA
A través de la lectura de
hoy, me vino la pregunta si nosotros como sus discípulos en algún momento de nuestra
vida cristiana hemos traicionado al Señor. Quizá la palabra exacta no sea traicionado,
más bien defraudado; le pregunté al Espíritu Santo y su respuesta fue: sí. Un sí
rotundo. ¿Cómo, cuándo, por qué? Sí, lo hemos defraudado cuando no amamos al
prójimo como Él nos lo mandó; cuando no somos capaces de orar por los
necesitados o de ofrecerles un pan; cuando no levantamos nuestra voz para
abogar por los indefensos y cuando ni siquiera compartimos el mensaje de
salvación siendo egoísmo de nuestra parte, ya que conocemos la vida que el Señor
nos ofrece y que otros también pueden lograr, pero preferimos callar.
Bendito Jesús:
venimos ante Ti para pedirte nos perdones porque no hemos sabido poner en alto,
la gracia derramada para nuestra salvación. Perdona Señor el callar, el no amar
como lo haces Tú con cada uno; perdona porque nos hemos vuelto insensibles y el
dolor ajeno no nos hace mella. Límpianos
Señor y permite que tu Santo Espíritu nos vivifique de manera tal, que nos
invada en todo nuestro ser el amor Tuyo. Que ese amor sea el motor para ofrecer
sin reparo alguno todo el fruto que tienes para darnos y que a la vez lo
entreguemos de la misma manera que Tú lo haces con nosotros. Gracias por
perdonarnos y limpiarnos bendito Jesús. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario