martes, 14 de junio de 2022

Porque en ningún otro hay salvación

 Todos andábamos perdidos, como ovejas; cada uno seguía su propio camino, pero el Señor hizo recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros. 

Isaías 53:6. NVI.


Lectura: Isaías 53:1-12.  Versículo del día: Isaías 53:6.


MEDITACIÓN DIARIA


¿Alguna vez has leído el capítulo 53 de Isaías? Más exactamente ¿desde Isaías 52:13 hasta Isaías 53? Es que el profeta Isaías predijo todo lo que le pasaría al Señor; profecía que se cumplió en su totalidad con la pasión y muerte del Señor Jesucristo. 

Y así es; todos, absolutamente todos andábamos perdidos cual ovejitas cuando su pastor no está con ellas. Sin embargo, nuestro buen Dios, mandó a su Hijo Unigénito para podernos rescatar y que Él pagara todo el precio de nuestras trasgresiones. Exactamente, el Señor fue rechazado y despreciado; en su naturaleza humana sufrió mucho dolor; le dimos la espalda y desviamos la mirada haciendo caso omiso de su amor. Él soportó nuestros dolores y cargó nuestras enfermedades. ¡Mucho amor el del Señor por nosotros!

Como vemos, el Señor Jesús vino a traernos salvación y sanidad. “De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos” (Hechos 4:12); “y gracias a sus heridas fuimos sanados” (v. 5 en la lectura). Ya sabes: ¿quieres salvación y sanidad? Busca al Señor Jesús quien es el Único que puede ofrecerte estas dos condiciones básicas, pero con miles de detalles alrededor, para que empieces a gozar de una vida completa desde aquí en la tierra (Juan 10:10).


Amado Jesús: gracias por todo lo que pasaste por mí en tu pasión y muerte. Gracias porque a través de tu sufrimiento viniste a traerme paz y sanidad. Mi Señor, no soy digna de tanto amor ofrecido. Permite que sea fiel portadora de tanto bien recibido y que por ese mismo amor que me tuviste, ahora yo sepa proclamar el mensaje de salvación a otros que también andan como ovejas perdidas. Gracias bendito Señor y Dios Salvador, Sanador y Libertador. ¡Toda la gloria y honra son para Ti! ¡Te amo mi Jesús!


Un abrazo y bendiciones.

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