Cuando Jesús pasó, miró a Zaqueo y lo llamó por su nombre: ¡Zaqueo! —le dijo—. ¡Baja enseguida! Debo hospedarme hoy en tu casa.
Lucas 19:5. NTV.
Lectura: Lucas 19-1-10. Versículo del día: Lucas 19:5.
MEDITACIÓN DIARIA
Zaqueo era jefe de los
cobradores de impuestos quienes en ese tiempo tenían muy mala reputación. Sin embargo,
este hombre pequeñito de estatura tuvo un gran corazón al estar dispuesto a
seguir a Jesús. Inmediatamente bajó para recibir al Señor en su casa; no le
importó su dinero en ese momento y tuvo verdadero arrepentimiento puesto que
dijo: “—Señor, daré la mitad de mi riqueza a los pobres y, si estafé a alguien
con sus impuestos, le devolveré cuatro veces más” (v. 8). El Señor sabía que
estaba siendo sincero y por eso afirmó: “—La salvación ha venido hoy a esta
casa, porque este hombre ha demostrado ser un verdadero hijo de Abraham. Pues el Hijo del Hombre vino a buscar y a
salvar a los que están perdidos” (vv.9-10).
Así es. El Señor no vino
por los justos sino por los pecadores. Tú puedes ser el pecador más grande que
haya existido, pero si tienes un corazón como el de Zaqueo y aceptas la
invitación del Señor de cenar con Él (Apocalipsis 3:20), Jesús no te rechazará,
al contrario, estará feliz de que te hubieras arrepentido y en el cielo habrá
fiesta por parte de los ángeles por tu conversión. Oremos:
Señor Jesús:
gracias por buscarme y venir hacia mí para perdonarme y darme una vida nueva
Contigo. Te recibo como mi Señor y Salvador. Toma el control del trono de mi
vida y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias Jesús porque tendré por
siempre una vida a tu lado. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
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