¿Por qué tus discípulos desobedecen nuestra antigua tradición?—le preguntaron—. No respetan la ceremonia de lavarse las manos antes de comer.
Mateo 15:2. NTV.
Lectura: Mateo
15:1-9. Versículo del día: Mateo 15:2.
MEDITACIÓN DIARIA
Los fariseos y maestros
de la ley religiosa, llegaron desde Jerusalén aparentemente para escuchar a
Jesús. Sin embargo, ellos iban más en busca de criticar que de recibir. Todo lo
que decía el Señor era tomado en contra de Él.
Lo triste es que todavía
se hacen muchas cosas en las iglesias siguiendo un ritual o tradición, sin
tener en cuenta que para Dios eso es en vano. El Señor Jesús vino a traernos
libertad (Juan 8:32), y esa libertad que tenemos en Él es la que necesitamos
para llegar tranquilamente a sus brazos. Tanto fue el amor de Dios Padre, que
nos mandó a su único Hijo para salvarnos (Juan 3:16). Así que ya no necesitas
seguir ninguna tradición ni religión; Cristo Jesús es el único camino para
llegar a Dios Padre (Juan 14:6) y lo que importa es la relación personal que
tengas con Jesús porque en ningún otro hay salvación (Hechos 4:12). Si en
verdad lo quieres honrar, ábrele con sinceridad tu corazón para que no suceda
lo de aquellos fariseos y maestros de la ley.
Lo que les recuerda el
Señor a través del profeta Isaías se aplica también en este tiempo: “Este
pueblo me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí” (v.8 en la
lectura); su adoración es una farsa. Tengamos en cuenta que ya vivimos es bajo
la gracia y en la gracia no hay lugar para tradiciones y leyes. Es el amor del
Señor lo que nos motiva a seguirle y a adorarle con todo el corazón, con toda el
alma, con toda la mente y con todas las fuerzas.
Amado Señor Jesús:
¡Te adoramos y damos toda la honra y gloria Rey Celestial! Gracias por
buscarnos un día y permitir que te conociéramos como el Señor y Salvador de
nuestras vidas. Enséñanos bendito Señor, a vivir bajo la gracia derramada en
cada uno de nosotros. Gracias porque ahora vivimos por la fe en Ti. Gracias
porque tu gracia se perfecciona en nuestra debilidad; estamos en tus brazos.
¡Te amamos Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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